Rusia ha vivido este martes un nuevo ataque a la nación rusa con drones en su territorio. Esta vez fue en Kursk. Sucedió un día después de que Ucrania demostrara que ya podía invadir territorio ruso al atacar dos bases aéreas estratégicas. Uno de los objetivos fue Engels, en Saratov, sede de la flota rusa de bombarderos estratégicos que arremeten contra la infraestructura civil ucraniana y tienen capacidad nuclear; el otro punto alcanzado fue en Ryazan, a 196 kilómetros al sur de Moscú.
La incursión contra el aeródromo de Kursk tuvo más éxito
“Como resultado de un ataque con drones, un tanque de almacenamiento de petróleo ardió en el aeródromo de Kursk. No hubo víctimas y el fuego está controlado. Todos los servicios especiales han acudido al lugar”, anunció el gobernador de la región, Román Starovoit.
Las llamas eran visibles a gran distancia en Kursk. Según las autoridades, el fuego se propagó por más de 500 metros cuadrados, y en las labores de extinción participó incluso el servicio nacional de ferrocarril, que envió tres trenes con sendas cisternas cada uno con capacidad para 120 toneladas de agua y cinco de espumógeno de extinción de incendios.
Esta sucesión de golpes ha suscitado críticas entre los expertos militares y el sector más belicista de Rusia. “Si los ataques anteriores tuvieron más bien un efecto psicológico, esta vez el ataque fue efectivo”, ha recalcado el canal TopWar tras recordar que es el cuarto bombardeo que sufre la base aérea desde el comienzo de la guerra. “El aeródromo de Kursk es el más preparado por ser de primera línea. Hay terraplenes y una poderosa defensa aérea. Y de nuevo un ataque a las 6 de la mañana, cuando cualquier dron puede ser detectado por medios técnicos”, lamentaba el canal.
El lunes, las críticas se dirigieron a la ineficacia del sistema antiaéreo ruso al permitir que volasen varios cohetes hasta las inmediaciones del Volga. “El golpe de la base de Engels lo dio al menos un dron soviético Tu-141 que superó casi 650 kilómetros sobre el territorio de la Federación de Rusia”, dijo el corresponsal de guerra Alexánder Kots en su canal de Telegram para subrayar que “de la frontera ucrania a Moscú hay menos de 650 kilómetros…”
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