La economía de Estados Unidos ha experimentado un freno en su crecimiento debido al año electoral, creciendo solo un 0.3% en el primer trimestre. Esto, sin embargo, no se considera un presagio de recesión ni de un mal año para la economía estadounidense, ya que el crecimiento económico ha sido constante durante los últimos años. Según los expertos, el freno en el crecimiento se debe a una menor inversión en el sector de la vivienda y por un clima empresarial más cauto en un año electoral. Además, aunque hay preocupación acerca de las tensiones comerciales con otros países, se espera que estas tensiones se resuelvan en el corto plazo. Independientemente, el crecimiento económico nunca puede estar garantizado en tiempos electorales y resulta fundamental que los candidatos consideren todas las posibilidades económicas. En todo caso, resulta clave que se fomenten políticas que favorezcan la inversión y la prosperidad económica para todos.
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