Las medidas de China para detener la propagación del Covid-19 están provocando cada vez más interrupciones en la producción de artículos tecnológicos afectando a las cadenas de suministro globales de productos que van desde los vehículos eléctricos hasta los iPhones, según Reuters.
En concreto, el estricto confinamiento impuesto a Shanghái y a otras localidades próximas a esta ciudad ha obligado a Pegatron, uno de los socios de Apple junto a Foxconn para fabricar su popular iPhone, a detener temporalmente sus operaciones en dos de sus fábricas, una situada en Shanghái y en Kunshan. La medida se ha tomado incluso después de que las autoridades del país suavizaran este martes algunas de las medidas para luchar contra la pandemia en estas localidades.
Pegatron aseguró en un comunicado enviado a la Bolsa que trabajará con las autoridades “para reanudar las operaciones lo antes posible”. Pero no es el único socio de Apple que se ve afectado por las medidas. Como informa el periódico japonés Nikkei, Quanta Computer y Compal, importantes fabricantes de los MacBook y los iPad de Apple, respectivamente, también han detenido sus actividades.
Dan Ives, analista de la compañía de inversión Wedbush Securities, prevé que los cierres tengan un impacto en la producción de los diferentes dispositivos de la compañía de la manzana. Según ha asegurado a la BBC, estima que la producción de tres millones de iPhones se han visto afectada en lo que va de mes, y el impacto podría ser mayor si la situación de confinamiento persiste. Otras voces limitan el impacto que el cierre de estas plantas de Pegatron puedan tener en el negocio de Apple porque la demanda de los terminales que estas fábricas ensamblan, el iPhone 13 mini y el SE3, han ido más lentas que otros modelos del popular móvil.
Más gasolina al fuego
No obstante, el analista de Wedbush Securities ha añadido que la producción de dos millones de iPads y un millón de McBooks también podrían verse afectadas por este parón en fábricas chinas. Y ha remarcado a la cadena británica que “los cierres de Pegatron arrojan gasolina al fuego que ya es hoy la cadena de suministro de Apple”.
Cuando dijo estas palabras, Ives seguramente estuviera pensando en Foxconn, el mayor fabricante del iPhone, que también se vio forzado a interrumpir la producción del smartphone de Apple en Shenzhen el pasado marzo tras el confinamiento masivo de la ciudad ante un brote de coronavirus y la política de cero covid impuesta por el Gobierno chino ante la difusión de la variante ómicron. Foxconn cambió la producción a otras plantas mientras reanudaba la de Shenzhen con empleados que trabajaban en un sistema de circuito cerrado, que supone que los trabajadores viven y trabajan en la fábrica.
Los analistas coinciden en que el confinamiento en Shenzhen y otras localidades próximas aumenta el riesgo de desaceleración en la economía china y provoca más interrupciones en la cadena de suministro de productos electrónicos. Y es que, como informó ayer Reuters, más de 30 empresas de Taiwán, muchas de ellas de piezas electrónicas, anunciaron este miércoles que suspendían su producción.
Por ejemplo, Asia Electronic Material, que fabrica piezas para ordenadores portátiles, teléfonos móviles y cámaras digitales, indicó que su planta en Kunshan estaría cerrada hasta el próximo martes, y dijo que era “difícil estimar” el impacto económico de la medida. También Efun Technology, que fabrica piezas para las pantallas de cristal líquido, y Unimicron Technology, que fabrica placas de circuitos impresos y suministra a Apple e Intel, anunciaron que sus plantas en la cercana Suzhou y en Kunshan, respectivamente, estaría cerrada hasta el martes.
Impacto en el comercio mundial
Los economistas de Nomura estiman que 45 ciudades y 373 millones de personas en China están bajo confinamiento total o parcial, frente a las 23 ciudades y 193 millones de personas de hace una semana, informó el FT, que añade que la medida está afectando a las empresas de transporte por carretera provocando un impacto en el comercio mundial.
Aunque algunas fábricas siguen operativas bajo el modelo de circuito cerrado (manteniendo a sus empleados aislados en el interior de las mismas), los esfuerzos para adquirir materiales o para hacer envíos de productos son cada vez mayores. El fabricante de coches eléctricos Nio dijo el pasado fin de semana que paraba sus entregas después de que sus proveedores en Shanghái y otras localidades habían detenido la producción.
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