El tópico aseguraba que si le ponías a un burro en Escocia una escarapela del Partido Laborista, tenía un 90% de posibilidades de hacerse con un escaño en el Parlamento de Westminster. Durante décadas, el movimiento surgido de la lucha obrera y la fuerza sindical se movía cómodamente en territorio propio, con cifras de apoyo electoral que le garantizaban una mayoría holgada. En los comicios autonómicos de este jueves, los laboristas sueñan con arrebatar a los conservadores la segunda posición, resignados unos y otros al dominio absoluto del Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés). Como otras formaciones socialdemócratas europeas, se han visto atrapados en medio de un choque constitucional, incapaces de construir el mensaje que les aleje del maniqueo debate entre independentismo o unionismo.
Katrina Faccenda, de 54 años, es escocesa hasta la médula, pero sus ojos, con esa brillante ironía de quien intuye que la situación es grave pero no seria, delatan que es hija de italianos. Veinte años en Roma y en Nápoles, como guía turística, y aún tuvo ganas de volver a su tierra natal para presentarse como candidata laborista al Parlamento Autónomo de Holyrood. “El desastre para nosotros llegó con el referéndum de independencia de 2014. Nuestros votantes no entendieron esa alianza con conservadores y liberaldemócratas, bajo el lema Better Together (Juntos Mejor). Teníamos un mensaje distinto al de ellos, pero fuimos incapaces de lograr que se oyera”, explica.
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Ha convocado este miércoles a voluntarios, a las puertas de un centro cívico en West Pilton, al norte de Edimburgo, para dar un último empujón a la campaña y repartir propaganda electoral puerta a puerta. Veinte minutos después de la hora anunciada, siguen solos ella y dos afiliados del partido. Es una de las zonas más deprimidas de la ciudad, y durante más de medio siglo, territorio de la izquierda. Hoy el voto mayoritario es para el SNP. “La gente aspira a algo mejor, y los nacionalistas se lo prometen con la independencia. Con eso les basta. Es verdad que han logrado apropiarse de nuestras ideas de justicia social, pero se han limitado a eso. Las proclaman, pero no las ponen luego en práctica”, se queja la candidata.
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