#SUPER #NOVA | El Telescopio James Webb ha logrado capturar una de las imágenes más impresionantes del universo: una supernova. Pero no se trata de cualquier supernova, sino de la más joven jamás registrada. La estrella que explotó y dio origen a este fenómeno cósmico murió hace apenas 340 años, lo que, en términos astronómicos, equivale a un parpadeo.
La imagen obtenida por el telescopio muestra el resplandor que dejó la supernova en la Nebulosa del Cangrejo, una nebulosa que se encuentra a unos 6.500 años luz de la Tierra y que es uno de los objetos más estudiados por los astrónomos. La luz que se aprecia en la imagen fue emitida en el año 1680, pero solo llegó a nuestro planeta hace unos siglos.
El descubrimiento de esta supernova es especialmente importante para los científicos, ya que les permite estudiar las etapas finales de la vida de una estrella y comprender mejor los procesos que llevan a la explosión de este tipo de astros. Además, la imagen obtenida por el Telescopio James Webb abre nuevas posibilidades para el estudio de otros fenómenos cósmicos y para el avance de la astronomía en general.
En definitiva, el Telescopio James Webb ha vuelto a demostrar su capacidad para explorar los confines del universo y proporcionarnos imágenes impresionantes que nos ayudan a comprender mejor nuestro lugar en el cosmos. La supernova más joven jamás registrada es solo uno de los muchos descubrimientos que este instrumento nos tiene reservados en los próximos años.
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