Seis candidatas a gobernador se hacen fuertes para ganar en los Estados que participan este 6 de junio en las elecciones. En algunos casos, como Colima o Tlaxcala, es muy posible que gane una mujer. Los próximos comicios apuntan a batir el récord del mayor número de mujeres en este puesto de la historia del país. La foto de los mandatarios, tradicionalmente hombres, al frente de uno de los cargos ejecutivos con más poder después del presidente está a punto de cambiar para siempre.
Para entender cómo México ha llegado a tener el mayor número de candidaturas mujeres de su historia política es necesario remontarse a 1953. En ese año, las mujeres logran el derecho al voto y a ser elegidas a un cargo de elección popular. “Pero no fue hasta 1996 que comenzó a regularse esta medida”, explica en una entrevista por teléfono la diputada federal de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, que ha empujado medidas feministas desde hace décadas. Y aunque desde entonces y hasta ahora ha habido algunos ejemplos -nueve mujeres han obtenido el cargo de gobernadora (dos de ellas interinas)- Tagle explica que eran “mujeres símbolo”, colocadas por los partidos, pero no existía una obligación de incluir en sus boletas para candidatas a puestos ejecutivos.
La paridad no se obtiene hasta 2014, cuando se incluye por primera vez en la Constitución. Y no llega por una voluntad política, sino por sentencias en los tribunales que crearon jurisprudencia, es decir, por la lucha feminista de decenas de mujeres que pedían obtener garantías para ese derecho. Hace solo tres años, en julio de 2019, una sentencia de la Suprema Corte, avalaba la paridad en todos los cargos, hasta ese momento eran solo legislativos. El golpe sobre la mesa lo dio también el Instituto Nacional Electoral, que a finales del año pasado ordenó que cada partido debía incluir al menos 7 mujeres de sus 15 candidatos a gobernador. Una medida que provocó las impugnaciones de algunos partidos, especialmente el conservador PAN, según recuerda Tagle. El líder de Morena llegó a calificar la medida del órgano electoral como una “invasión” a las competencias de los partidos. Pero finalmente la medida siguió adelante y condujo a México ante un momento histórico en estas elecciones estatales, locales y legislativas de junio.

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