En una jornada cívica que se ha desarrollado “exitosamente”, de acuerdo con las autoridades, un 20,5% de los electores chilenos habilitados para votar ha acudido este sábado a las urnas en el primero de los dos días en que se elegirán a los 155 constituyentes que redactarán la nueva Constitución, gobernadores regionales y las autoridades municipales (alcaldes y concejales). El 100% de las mesas se constituyó a nivel nacional (46.807) y permanecieron abiertas 10 horas, según la normativa vigente. Nunca antes Chile había celebrado elecciones en dos días, una decisión que se tomó por la pandemia de la covid-19, que tiene este sábado a 36.964 enfermos activos a nivel nacional. Esta noche, en forma inédita, las urnas están resguardadas por las Fuerzas Armadas y custodios del Servicio Electoral (Servel), bajo estrictas medidas de seguridad.
“Esperamos una noche tranquila. No ha quedado ninguna urna ni ninguna caja de materiales electorales sin sellarse y sin custodiarse como el procedimiento ordena que se haga”, ha asegurado el presidente del consejo directivo del Servel, Andrés Tagle.
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La participación será uno de los asuntos prioritarios en estas elecciones múltiples, consideradas como las de mayor importancia de las últimas décadas y en las que por vez primera se escogen a los gobernadores regionales. La cantidad de votantes que acuda a sufragar este fin de semana tiene especial relevancia por el proceso constituyente en curso, porque la posibilidad de cambiar la Constitución vigente fue la apuesta institucional de la clase política para encauzar las masivas y violentas protestas de octubre de 2019. Con un padrón final compuesto por 14,9 millones de ciudadanos –200.000 más que en el plebiscito de octubre–, Chile es un país con voto voluntario y con una abstención que no se despega del 50%. En el referéndum constitucional de hace siete meses, donde un 80% de los ciudadanos decidió cambiar la Carta Fundamental vigente desde 1980 –aunque reformada una cincuentena de veces tanto al final de la dictadura como en democracia–, hubo una participación del 50,91%.
En Chile, la baja participación fue un fenómeno que se acrecentó desde que se implementó el voto voluntario en 2012: cayó desde el 87% en 1989 hasta un mínimo histórico del 36% en las municipales de 2016. El porcentaje de votantes que llegaron a hoy a las urnas (más de tres millones), por lo tanto, se considera bueno según los especialistas, dada la innovación de votar un día sábado. El desafío será este domingo, donde se aspira a que lleguen los vocales de mesa a los locales de votación y no tarden en reabrir las mesas de votación.
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