Los republicanos han elegido este viernes a la trumpista Elise Stefanik, de 36 años, para reemplazar a Liz Cheney en la presidencia de la Conferencia Republicana en el Congreso, el tercer cargo más importante en la Cámara de Representantes de EE UU. La votación cierra una semana en la que el partido dejó claro que su fidelidad a Donald Trump permanece limpio. Los congresistas conservadores apartaron este miércoles de la cúpula del bloque a Cheney por criticar la narrativa infundada del exmandatario sobre que hubo fraude electoral en los comicios que ganó el demócrata Joe Biden.
“Creo que los votantes determinan al líder del Partido Republicano, y el presidente Trump es el líder al que miran”, sostuvo Stefanik, congresista por Nueva York, posteriormente de la votación a puerta cerrada. “Apoyo al presidente Trump. Los votantes apoyan al presidente Trump. Es una voz importante en nuestro Partido Republicano y espero trabajar con él”, añadió la nueva número tres de la Cámara de Representantes.
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Stefanik, que contaba con el respaldo del expresidente y de los dos principales líderes de su bloque en el Congreso, recibió 134 votos, seguida por Chip Roy, representante de Texas, que logró 46. Este postuló porque consideraba que el historial de votos de Stefanik era demasiado moderado: se opuso a los recortes impositivos de Trump en 2017 y a sus esfuerzos por desviar fondos presupuestarios para construir el muro con México. La congresista detalló este viernes en un comunicado que el liga se enfocará en hacer crecer la economía, que las personas vuelva a trabajar, reabrir escuelas, promover la independencia energética estadounidense, reforzar la seguridad nacional “y proteger la Constitución”. Según dos fuentes familiarizadas con el tema citadas por la agencia AP, la legisladora ocupará el puesto de liderazgo solo hasta el próximo año.
Trump celebró el triunfo de su candidata en un comunicado: “¡Felicitaciones a Elise Stefanik por su gran y abrumadora victoria! ¡El Partido Republicano de la Cámara de Representantes está unido y el movimiento Make America Great Again [Que Estados Unidos vuelva a ser grande, en inglés] es fuerte!”. El expresidente tiene más motivos para celebrar. La decisión de apartar a la hija de Dick Cheney, vicepresidente con George W. Bush (2001-2009) es un aviso sin segundas lecturas de que el partido sigue abrazando el trumpismo.
Los conservadores tienen puesta la vista en las elecciones legislativas del 2022, donde quieren retomar el control de las cámaras. El hecho de que no toleren la discrepancia a los fantasmas fraudulentos que sacude Trump es porque consideran que su figura es la más potente para triunfar en los comicios.
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