Las llamativas imágenes de bañistas en el Cantábrico ataviados con gorros de Papá Noel, que se dieron un chapuzón para recibir el año aprovechando temperaturas insólitas de 25 grados en invierno, pueden hacer mucha gracia, pero en realidad no tienen ninguna porque los termómetros deberían haber marcado el 1 de enero 11 grados menos en Bilbao y 12 menos en San Sebastián.
En el lapso de un año, dos inviernos consecutivos, España ha vivido una nevada histórica, la ola de frío más dura en 45 años y una ola de calor en enero, lo vinculan “sin lugar a dudas” al cambio climático.
Este episodio de calor en invierno ha sido calificado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de “extraordinario” y “anómalo” tanto por su intensidad ―con temperaturas en su conjunto seis grados superiores a las habituales y hasta 10 grados en Nochevieja, propias de abril o mayo y en algunas zonas como en Galicia, de julio― como por su duración ―del 27 de diciembre al 3 de enero―. Analizando los registros del Banco de Datos Nacional Climatológico, la agencia concluye que fueron los días más cálidos para la época desde que existen registros.
Para Del Campo, lo más llamativo es que no ha pasado “ni un año” desde que España sufrió la quincena más fría de enero en 35 años y ahora, la semana más cálida en al menos 70 y, entre medias, una ola de calor en agosto en la que se alcanzaron los 47,4º en Montoro, el récord histórico de temperatura de España.
En un clima normal estable, los eventos extremos situados a ambos lados de esta curva se sucederían cada muchos años.
Lo que ha pasado en 2021 no es de clima normal y estable, y todo apunta al Cambio Climático. Estamos ya adentrándonos en la nueva era climática. pic.twitter.com/x3hPohPd0x
— J. J. González Alemán (@glezjuanje) January 3, 2022
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