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El frente republicano –la unión de todos los partidos contra la extrema derecha– derrotó con contundencia este domingo, en las elecciones regionales, al Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA). El actual presidente regional y candidato de la derecha clásica, Renaud Muselier, apoyado por la izquierda, sacó un 56,8% frente al 43,2% de Thierry Mariani, el candidato del RN, en la región de Marsella, según las primeras estimaciones.
Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA) era la única región en la que la extrema derecha fue el partido más votado en la primera vuelta y en la que tenía posibilidades de ganar. La derrota de Le Pen abre interrogantes sobre su estrategia para conquistar la presidencia de Francia en 2022, donde los sondeos pronostican que en la segunda vuelta se enfrentará al presidente Emmanuel Macron. Y reafirman la vigencia del frente republicano, versión francesa del cordón sanitario para aislar al RN.
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La segunda vuelta de las elecciones regionales, marcada de nuevo por una abstención récord, dio una victoria contundente, también, a dos dirigentes de la derecha tradicional que aspiran a ser candidatos en las elecciones presidenciales de 2022 contra el centrista Macron. Se trata de Xavier Bertrand, que salió reelegido en la región norteña de Altos-de-Francaia con un 52,7% de votos; y de Laurent Wauquiez, que ganó en Auvernia-Ródano-Alpes con un 55,9% de votos, según las estimaciones.
Si existiese un partido de la abstención, sin embargo, este sería el primero de Francia: 31,5 millones de abstencionistas, un 66% del electorado. De poco sirvieron las campañas del ministerio francés del Interior en las redes sociales para animar a los jóvenes a votar, ni los llamamientos a las urnas del primer ministro, Jean Castex, y dirigentes de todos los partidos. La abstención fue masiva este domingo en la segunda vuelta de las elecciones regionales en Francia.
No se batió un récord en unas elecciones modernas como en la primera vuelta, una semana antes, pero estuvo cerca. El 20 de junio la abstención fue del 66,7%, la cifra más alto en la V República, el actual régimen constitucional, fundado en 1958. Solo en el referéndum de 2000 para acortar el mandato presidencial de siete a cinco años hubo un porcentaje mayor de abstencionistas. En la segunda vuelta de las regionales, se acercó a la cifra récord de la primera vuelta. En las regionales de 2015, la abstención fue del 41,5% y en las de 2010, de un 48,9%.
No es insólito que en elecciones como las regionales la participación sea más baja que en las presidenciales, que suelen movilizar cerca del 80% del electorado. Pero esta vez, el abismo se agranda, lo que ha abierto un debate sobre las soluciones: algunos políticos han sugerido introducir el voto por Internet. Pero el debate gira, sobre todo, en torno las causas. ¿Se trata de una abstención motivada por el desinterés en estas elecciones específicas, donde la campaña ha sido poco visible y la sensación de muchos franceses era que no había nada importante en juego? ¿O la abstención traduce un problema de fondo en la democracia francesa?