Un grupo armado irrumpió en varios municipios en el estado de Chiapas, México, intimidando a los habitantes y exigiendo la expulsión de grupos de la oposición. Según las autoridades, esta violencia es alimentada por la creciente polarización política en la región.
Las amenazas comenzaron a circular en redes sociales a mediados de septiembre, cuando se reportaron mensajes intimidatorios dirigidos a comunidades indígenas y organizaciones políticas opositoras. En respuesta, el gobierno de Chiapas comenzó a desplegar fuerzas de seguridad en las zonas afectadas.
Hasta ahora, las autoridades confirmaron que al menos tres municipios -Venustiano Carranza, Ocosingo y San Cristóbal de las Casas- han sufrido la presencia del grupo armado. Sin embargo, aún se desconoce la identidad de los perpetradores y si cuentan con un apoyo político o económico detrás.
En medio de la vigilancia policial, las comunidades denuncian hostigamiento e intimidación por parte de las fuerzas de seguridad. Además, los líderes políticos de la oposición temen por su seguridad y la de sus familias, y exigen al gobierno que tome medidas más efectivas para garantizar su protección.
Este incidente es solo un ejemplo de la creciente violencia política que afecta México. Los conflictos entre partidos y grupos de poder se han intensificado en el país en los últimos años, lo que ha llevado a un aumento de la intimidación y la violencia en las zonas más empobrecidas y marginadas. Algunos expertos sugieren que esta tendencia podría amenazar la estabilidad política de México a largo plazo.
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