Hallan en la ranchería Huapacal vestigios de un asentamiento prehispánico maya en la región de la Chontalpa tabasqueña, después de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizara excavaciones, mismo hallazgo no estaba contemplado en el Atlas Arqueológico de Tabasco.
Así lo dio a conocer hoy la Secretaría de Cultura a través de un comunicado en el que se cuenta este descubrimiento se realizó durante la supervisión del INAH a los trabajos de introducción de un oleo gasoducto en una longitud aproximada de tres kilómetros y una franja de siete metros de derecho de vía, por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El documento cita al coordinador del salvamento arqueológico de la obra, llamada “Tintal”, quien afirma que el asentamiento está ubicado entre los importantes sitios de “Huimango, explorado en la década de 1950, por Heinrich Berlin; y Comalcalco (a una distancia de 10 kilómetros), el cual ha sido el más estudiado, y con los que comparte rasgos urbanísticos, como la arquitectura de tierra, propia de la llanura aluvial tabasqueña”.
Por el momento, según el especialista, el equipo aún se encuentra en la primera etapa de investigación, cuyos trabajos se llevarán a cabo de dos meses, por lo que aún no tienen los conocimientos suficientes para “afirmar que se trate de un solo asentamiento de tres kilómetros de largo, coincidente con la ruta del proyecto o si son dos pequeños sitios”. Será durante la fase de “gabinete” cuando se interprete la información que se adquiera para precisar cualquiera de las dos posibilidades.
Estas plataformas domésticas se encuentran “dentro de los primeros 160 metros de trayectoria del oleogasoducto, y actualmente son motivo de excavación para su registro puntual, a fin de determinar su antigüedad”. Sin embargo, el comunicado dice que durante recorridos de superficie hechos por el equipo arqueológico a cargo se ha detectado “una considerable concentración de materiales cerámicos en el tramo final del trayecto, razón por la que también se excavará”.
El documento oficial afirma que el “el INAH, al ir frente a la obra, está en posibilidad de solicitar modificaciones al trayecto de la misma e, inclusive, pedir que no se utilice maquinaria pesada en el área donde se ubican los vestigios, lo que garantiza su protección y permanencia para futuros estudios”.
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