Gran homenaje Federico Silva, lucha y fraternidad: El triunfo de la rebeldía en el Museo del Palacio de Bellas Artes, que se inauguró ayer, el mismo día que murió el escultor, está conformada por más de 150 obras.
En el Palacio de Bellas Artes, donde también se rindió anoche un homenaje de cuerpo presente a Federico Silva, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Lucina Jiménez, expresó que el escultor siempre relacionó su trabajo con la ciencia y la tecnología, además de haber transitado por todas las formas de las artes visuales, desde el dibujo, el grabado, la escultura y la instalación hasta el arte cinético y digital.
“Su última pieza en plata fue un trabajo de experimentación, lo que nunca dejó de hacer. En este caso se propuso dialogar con un artesano platero que trabajara sus esculturas y finalmente lo logró. Aquí está ese vínculo con el arte artesanal”, explicó Jiménez.
Durante la presentación de la muestra, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández Félix, indicó que para ese recinto, “además de la tristeza que sentimos el día de hoy, Federico Silva ha estado presente y seguirá estando presente con esta exposición”.
Exposición que abarcan 80 años de trabajo del artista
En el primer núcleo, Del realismo a la abstracción (1945-1968), el contexto sociopolítico mundial indudablemente se convierte en un eje rector para el desarrollo de su obra.
En el segundo apartado, La subversión por la forma (1968-1983), se aborda su periodo cinético, en el que conjugó el arte y la ciencia para experimentar con el movimiento, la luz y el color.
En el tercer núcleo, Esculpir el tiempo, flechar la luz (1986-1998), se aprecian pinturas y esculturas asociadas con su periodo monumental.
La última parte, Escritura y ejercicios plásticos recientes (de 2003 a la fecha), está dedicada a su escritura, a partir de sus tres autobiografías.
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