Casi 200 años separan las ansiedades descritas por Edgar Allan Poe en su relato La caída de la casa Usher y las de los jóvenes streamers que protagonizan la serie documental de Netflix Hype House, quienes, a diferencia del misterioso personaje central del cuento gótico, tienen muy identificado, al menos, uno de los males que les oprime el pecho desde su monumental morada: el miedo a ser cancelados, neologismo con el que se describe la pérdida de popularidad de los famosos provocada por críticas en redes sociales.
“Pierdes seguidores, pierdes un montón de patrocinio porque quieren dejarte pelado”, dice afectadamente a cámara el youtuber y tiktoker Alex Warren en el segundo episodio, donde se termina de definir la voraz mecánica de un programa de telerrealidad que, si no tiene formato de concurso a lo Gran Hermano, es porque no lo necesita. Aunque no faltan el confesionario de rigor y, como señala Warren, una espada de Damocles pendiendo sobre cada cabeza que la audiencia puede accionar cuando quiera.
¿Qué es Hype House?
Dividida en ocho capítulos de media hora, Hype House se ambienta en la mansión homónima de Los Ángeles que es, desde diciembre de 2019, sede ―y, en el caso de varios integrantes, también domicilio―– de más de una decena de creadores de contenido. Con un buen puñado de deserciones y fichajes durante su corta existencia, en lo grabado por Netflix se encuentran figuras como Thomas Petrou (23 años, 8 millones de seguidores en TikTok), Nikita Dragun (25 años, 14,2 millones), Kouvr Annon (21 años, 13,6 millones) o el artista antes conocido como Chase Hudson (19 años, 32,4 millones), cuyo paulatino desinterés en el proyecto es otro de los dramas que vertebran el documental.
Nikita Dragun
“Cuando mis relaciones personales se tuercen y se convierten en un obstáculo para mi negocio, me enfado”, llega a declarar Nikita Dragun en, quizá, el punto álgido de la serie documental, cuando se aborda la multitudinaria fiesta que ella organizó en la mansión en julio de 2020, momento en el que California atravesaba una de las peores situaciones sanitarias de la pandemia. La fiesta fue por el cumpleaños del youtuber Larray, íntimo amigo suyo y miembro en ese momento de Hype House, que acudió pese a haber dado positivo en coronavirus. El cruce de acusaciones entre Dragun (“¡Te pueden cancelar por una chorrada así!”, le echa en cara a su colega) y Larray con el objetivo de que la otra persona se lleve la responsabilidad pública es solo uno de los choques entre las dos estrellas.
En otra jugada que haría las delicias de cualquier aficionado a la comunicación política, Larray, único afroamericano de la casa y en una crisis de imagen porque parte de la comunidad negra le acusa en redes de contribuir al blanqueamiento del proyecto, fuerza a Dragun a disculparse por, reiteradamente, haber hecho en sus redes sociales blackfishing, nombre con el que se conoce a la práctica de oscurecerse la piel en imágenes para parecer de raza negra.
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