Keystone XL, un oleoducto planeado para enviar crudo de la provincia canadiense de Alberta a refinerías estadounidenses, recibió un mazazo el pasado 20 de enero.
Ese día, el presidente Joe Biden. Firmó la rescisión de los permisos para la construcción y explotación de esta obra, blanco de críticas y señalamientos desde hace más de una década.
Sin embargo, esta semana la empresa constructora y las autoridades de la mayor provincia petrolera de Canadá anunciaron el final de esta aventura energética.
En un comunicado, los directivos de TC Energy informaron de la cancelación del proyecto “tras una amplia revisión de sus opciones y en consulta con su socio, el Gobierno de Alberta”.