Según un artículo reciente, se plantea la hipótesis del “mono borracho” para explicar por qué nos gusta tanto la cerveza y el vino. Esta teoría sugiere que la preferencia humana por las bebidas alcohólicas puede tener raíces evolutivas, ya que nuestros ancestros podrían haber desarrollado una atracción por el sabor dulce y fermentado del alcohol.
El artículo menciona que los expertos en evolución creen que esta preferencia por las bebidas alcohólicas podría estar relacionada con la búsqueda de alimentos que contengan la mayor cantidad de energía posible. Además, se destaca que el consumo de alcohol también puede haber proporcionado beneficios sociales y de supervivencia a lo largo de la historia humana, lo que habría contribuido a su aceptación y popularidad.
A pesar de estas teorías, es importante recordar que el consumo excesivo de alcohol puede tener efectos perjudiciales para la salud. Por lo tanto, es crucial mantener un equilibrio y moderación en el consumo de bebidas alcohólicas.
En resumen, el artículo plantea una interesante hipótesis sobre la atracción humana hacia la cerveza y el vino, relacionada con aspectos evolutivos y sociales. Sin embargo, es importante recordar que el consumo responsable y moderado es fundamental para evitar posibles consecuencias negativas para la salud.
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