La candidatura del paseo del Prado y del Retiro para formar parte de la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco llega ya a la recta final. Han sido cuatro años de intenso trabajo y preparación de documentación para demostrar la singularidad de este eje, que presume de ser el primer paseo arbolado, o alameda, diseñado en una capital europea. Después, se construirían sobre él el Palacio y los Jardines del Buen Retiro. Un conjunto indisoluble que durante más de 350 años fue el centro de la Corona española.
Ahora el Ayuntamiento de Madrid se prepara para la decisión final, el próximo domingo 25 de julio, sobre el Paisaje de la Luz —el nombre oficial de la candidatura y que hace mención a la Ilustración—. La coordinadora municipal del expediente, Mónica Luengo, señaló ayer que el paseo del Prado ya cuenta con el reconocimiento de su valor universal y excepcional. La inclusión del Retiro levanta en cambio objeciones: “Nos dicen que inscribamos solo el paseo. Pero queremos argumentar hasta el final que no se limite a una parte”.
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La candidatura de Madrid es diferente y supone todo un reto, porque es más fácil entrar en la lista de la Unesco cuando se lleva algo muy definido, como una catedral gótica, comenta Luengo. Pero el Paisaje de la Luz es un área cultural con una riqueza que también es intangible y en el que confluyen muchas variables. “Tienes que tener una excepcionalidad que es la base de la inscripción. Es emocionante nuestra candidatura porque es rica e innovadora. Es un espacio verde humano y no hay ninguno inscrito, un lugar de naturaleza en la ciudad imprescindible para el bienestar de la población local. Este tipo de patrimonio no está representado y cuesta reconocerlo”, explica Luengo.
La Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972 establece que ciertos lugares del planeta tienen un “valor universal excepcional” y por ello pertenecen al patrimonio común de la humanidad. España forma parte de la convención desde 1984 —hay 165 países que la han ratificado— y tiene 48 bienes inscritos, lo que la sitúa entre los 10 primeros países con más reconocimientos. En el caso de Madrid, si el Paisaje de la Luz convence, sería el quinto patrimonio en entrar en la lista tras el Monasterio de El Escorial, la ciudad de Alcalá de Henares, el paisaje cultural de Aranjuez y el Hayedo de Montejo. La Unesco cada año evalúa 25 candidaturas.
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El Ayuntamiento de Madrid anunció en 2014, con la alcaldesa Ana Botella, la intención de presentar la candidatura del Paseo del Prado y el Retiro y se creó un grupo de trabajo con técnicos, expertos en la materia y profesores de universidad para elaborar un dossier completo que documentase ese valor excepcional, cuenta el director general de Patrimonio Cultural, Luis Lafuente.
La primera semana de octubre de 2019 el evaluador de la Unesco visitó Madrid para conocer en detalle la candidatura. En noviembre, una delegación técnica acudió al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, cuya sede está en París, para responder a las preguntas, y más adelante también se respondió por escrito a otras dudas.
La pandemia hizo que se paralizase el proceso, pero mientras tanto Madrid siguió puliendo su candidatura con un plan de comunicación que conllevaba la creación de un logo y una marca del Paisaje de la Luz, obra de Manuel Estrada, Premio Nacional de Diseño.