El filósofo y psicólogo Imanol Ibarrrondo dice que la filosofía podría ser un buen remedio para muchas personas que padecen problemas psicológicos como la ansiedad, la depresión y el estrés. En su artículo en el país, Ibarrrondo afirma que hace 2.000 años, cuando no existían psicólogos, psiquiatras o pastillas, la gente recurría a la filosofía para encontrar respuestas a sus problemas.
La filosofía podría ser una alternativa válida para personas que sienten que los tratamientos convencionales no les funcionan o simplemente no quieren depender de pastillas para manejar la ansiedad o la depresión. Además, la filosofía también podría ayudar a las personas a encontrar un sentido en la vida, a tomar decisiones difíciles o a superar el estrés.
Sin embargo, la falta de acceso a la atención médica psicológica y psiquiátrica es un problema grave en muchos países, especialmente en los países en desarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud, solo el 10% de las personas en países de bajos ingresos tienen acceso a servicios de salud mental.
El hecho de que la filosofía pueda ser utilizada como una alternativa válida en algunos casos no significa que debamos subestimar la importancia de tener acceso a la atención médica especializada. La filosofía puede ser una herramienta útil para superar problemas psicológicos, pero en muchos casos, la terapia y los medicamentos son la única forma de tratar con los síntomas, y la falta de acceso a ellos puede llevar a consecuencias graves y a largo plazo.
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