#Alpinismo | Maurice Herzog fue uno de los primeros occidentales blancos en alcanzar una cumbre de más de 8 mil metros, y dictó un libro llamado “Annapurna: mi primer ocho mil”, que se ha convertido en un clásico de la literatura de montaña.
Sin embargo, no pudo escribirlo con su propio puño, ya que estaba internado en un hospital debido a los estragos que sufrió durante su hazaña, que le costó la amputación de algunos dedos de pies y manos.
Esta obra es un libro imprescindible para los apasionados de la actividad de montañismo que tienen poco que ver con el deporte y más con la práctica mística, según la mayoría de los montañistas.
Badía Bonilla y Mauricio López, quienes buscan alcanzar las cumbres más altas del planeta, cumplen rigurosamente con este ideal. Nueve de estas cumbres están en la cordillera del Himalaya, donde el martes salieron rumbo a Nepal, a 20 mil kilómetros de su país, para intentar por tercera vez la cima del Dhaulagiri y sus 8,167 metros, como parte de su objetivo de llegar a las 14 cumbres más altas del mundo.
Cada montaña tiene su propio reto, su propia aura y su ideal, según Badía, y cada montaña produce su propia leyenda e historia. Por ejemplo, el K2, una cumbre de 8,611 metros, fue durante mucho tiempo imposible y mortal. Entre sus episodios más delirantes está el de 1902 protagonizado por el ocultista y místico Aleister Crowley, quien después de dos meses en esas laderas enloqueció por la falta de oxígeno en las alturas y por el opio que consumía para resistirla. La aventura terminó con Crowley persiguiendo y amenazando a su equipo con una pistola.
Dhaulagiri es la séptima montaña más alta del planeta y está ubicada en Nepal, uno de los ocho países que conforman la cordillera del Himalaya, que emergió del mar hace millones de años y cuyas cumbres no dejan de crecer lentamente debido al desplazamiento de las placas tectónicas.
Mauricio y Badía describen esta montaña como un reto que no es difícil técnicamente, salvo en la arista de la cima que exige un gran esfuerzo físico justo cuando el cuerpo ha sufrido un severo desgaste al superar los 8 mil metros. Para esta expedición, llevan alrededor de 150 kilos de equipaje, pero solo una parte, ya que el resto del equipo, como las casas de campaña, cuerdas, clavos, picos, botas y herramientas diversas, ya los espera en Nepal.
Durante 60 días, llevarán a cabo las diferentes etapas para intentar el ascenso final. En primer lugar, la aclimatación gradual en los diferentes campamentos de montaña. El cuerpo, especialmente los pulmones y el cerebro, deben adaptarse a situaciones extremas y peligrosas. Además del trabajo estratégico de ascenso, deben saber interpretar la naturaleza, ya que de ello depende reducir el riesgo ante nevadas y avalanchas. También deben observar las condiciones climáticas adecuadas