Hoy más que nunca se pone de relieve como la inflación se convierte en el denominado impuesto de los pobres, ya que golpea más duramente al pequeño ahorrador, a los que cuentan con salarios más reducidos y a los pensionistas.
Los precios comenzaron a escalar en España a la vuelta del verano de 2021 impulsados fundamentalmente por el precio de la energía, con lo que el IPC medio anual cerró el ejercicio pasado en el 3,1% tras haber llegado a estar en negativo en el año. Pero lo que parecía un aumento muy coyuntural cuyos efectos desaparecerían en primavera, según los primeros cálculos de los analistas, se ha convertido en una auténtica pesadilla para la cesta de la compra, por los efectos de la guerra en Ucrania, que ya ha cumplido un mes.
El dato de inflación adelantada publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al mes de marzo, se encarama en una tasa interanual del 9,8%, muy próximo al nivel psicológico de los dos dígitos, tras un aumento mensual del 3%, lo que sitúa a esta cifra en la más elevada desde la registrada en mayo de 1985. Han tenido que pasar 36 años, para ver este descontrol de los precios en España, aunque todo indica que esta escalada no se frenará aquí, en incluso podría alcanzar en breve los dos dígitos e incluso superarlos en alguna “decimilla”. El dato conocido supera en 2,2 puntos la tasa del mes de febrero del 7,6%.
Las medidas de choque evitarán el doble dígito
El director general de Funcas, Carlos Ocaña, considera que el plan de choque que ha aprobado el Gobierno amortiguará en un punto el aumento el IPC para este año con lo que se evitaría llegar a tasas de doble dígito. El director de coyuntura de esta fundación, Raymond Torres estima que las medidas del Gobierno pueden situar la inflación en máximos entre marzo y abril.
Jakob Suwalski y Giulia Branz, analistas de Scope Ratings, prevén para 2022 que la tasa de inflación superará el 5% “incluso en un escenario de convergencia gradual hacia el objetivo del BCE del 2% a finales de año”. Si el escenario es de continuación de las presiones de precios la tasa anual se situaría en promedio en el 8%. Consideran que una subida de tipos del BCE no abordaría directamente los efectos inflacionistas.
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