La pandemia de la covid-19 no solo impactó en las actividades económicas legales a escala planetaria. Los confinamientos y las limitaciones de los viajes internacionales impusieron cambios también a las organizaciones del crimen organizado en lo relativo a una actividad ilegal que depende en gran medida de la capacidad de desplazarse y de transportar mercancías: el narcotráfico.
Como sus pares de la economía legal, los mercados de la droga estuvieron paralizados de forma temporal en la mayor parte del mundo durante la primera fase de la expansión de la enfermedad en 2020. Sin embargo, el tráfico y la venta de estupefacientes se han recuperado de forma muy rápida hasta alcanzar los niveles anteriores a la pandemia, advirtió la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en sus siglas en inglés) en su Informe Mundial sobre las Drogas del año 2021, difundido este jueves en la capital austriaca, Viena.
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La limitación e incluso la suspensión temporal de las conexiones aéreas obligó también a los traficantes a encaminar la droga a su destino por rutas terrestres y marítimas. El informe da cuenta, por ejemplo, de cómo durante 2020 se ha detectado a su vez un mayor uso de aviones privados para transportar los estupefacientes.
Si bien la pandemia dificultó el transporte de esta mercancía ilegal a los países de consumo, la producción de drogas y de las sustancias de las que se obtienen estas, como el opio, no se vieron afectados de forma duradera por la covid-19. “La pandemia no afectó a la producción en 2020 en los tres países de los que proviene el 95% del opio producido de forma ilícita en el mundo: Afganistán, México y Myanmar.
La producción de opio requiere de una gran cantidad de mano de obra en el cultivo y la cosecha de adormidera, que podrían haberse visto afectadas por la crisis de la covid-19, pero una combinación de factores -el momento en que se produjo la cosecha y las estrategias para afrontar la limitación [de mano de obra] adoptadas por los agricultores, por ejemplo, recurrir en mayor medida a la mano de obra familiar de mujeres y los niños y de los trabajadores locales- evitaron alteraciones importantes”, precisa el informe de Naciones Unidas.
Drogas en la “web oscura”
En su afán por evitar a las fuerzas de seguridad de los diferentes países, las organizaciones del narcotráfico están aumentando también su actividad a través de una herramienta de cuya utilización creciente da cuenta a su vez la agencia contra la droga de Naciones Unidas: la llamada “web oscura”. Es decir, los sitios de internet ocultos a los que solo se puede acceder a través de navegadores especiales que aseguran el anonimato.
La venta de drogas a través de este tipo de páginas de internet surgió hace menos de una década y su facturación es todavía modesta: 315 millones de dólares (263 millones de euros) anuales, pero esta cifra se ha cuadruplicado entre 2011 y 2017, un crecimiento que hace temer a la ONU la creación de un futuro “bazar global” que haga más accesibles los estupefacientes. Los pagos con criptomonedas, muy difíciles de trazar, impiden frenar el crecimiento de ese mercado. Por ello, la agencia contra la droga de Naciones Unidas reclama en su informe una regulación internacional al respecto.