Camila ya ha roto una de las tradiciones más antiguas de la monarquía británica: será la primera reina desde hace siglos que no tenga damas de compañía.
A partir de este momento, Camila contará con la ayuda de las llamadas compañeras de la reina o Queen’s companions, un puesto que no existía hasta ahora y que reemplazará al de dama de compañía o ladies in waiting (cuya traducción literal es “mujeres a la espera”) que han formado parte de la monarquía desde la Edad Media. Durante la vida de Isabel II, tanto ella como su hermana, la princesa Margarita, estuvieron acompañadas por sus damas de compañía, conocidas cariñosamente como Head Girls, en giras reales y deberes oficiales, que hacían de consejeras y ejercían funciones de secretarias. Una tarea que no va a volver a verse en la monarquía británica, al menos por el momento.
Anuncio de Buckingham
Camila ha reclutado a seis confidentes y amigas íntimas que la ayudarán en el día a día. Sarah Troughton ostenta el cargo de lord teniente de Wiltshire desde 2012, además de ser prima segunda de Carlos III. Lady Sarah Keswick es amiga íntima de los reyes desde hace años. Carlyn Chisholm forma parte de la Cámara de los Lores por el ala conservadora como miembro vitalicio. Fiona Shelburne, marquesa de Lansdowne, es diseñadora de interiores profesional y cuenta con su propio estudio desde hace más de tres décadas. Katherine Brooke también es amiga íntima de los reyes, además de ser hija de una de las exdamas de honor de Isabel II durante su reinado. Acompañará a su madre en palacio, puesto que esta seguirá ayudando al rey bajo el título de dama de la casa. Jane von Westenholz es amiga de los reyes desde hace décadas. Su hija es también amiga íntima del príncipe Enrique y fue precisamente quien le presentó a Meghan Markle.
Ante estos cambios las antiguas damas de compañía de la reina Isabel II, que todavía seguían en palacio, continuarán junto a los nuevos reyes, pero en este caso cambiarán de título y pasarán a ser conocidas como damas de la casa. Lady Susan Hussey, la dama Mary Morrison y la también dama Annabel Whitehead ayudarán a Carlos III en la organización de eventos formales en el palacio de Buckingham. Por el contrario, no se encargarán de atender la correspondencia real ni de planificar la agenda, función que desempeñaban hasta el momento bajo ese papel de damas de compañía; a partir de ahora solo tendrán que acompañar a Camila en actos oficiales de manera más ocasional. Aunque no recibirán un salario por ello, sí cobrarán dietas para cubrir sus gastos.
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