Las platicas de negociación continúan en el Consejo General del Poder Judicial y no existe un avance para nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que el pleno tenía que haber elegido antes del 13 de septiembre, porque los conservadores exigen un “cambio de metodología” que el otro sector rechaza porque lo considera un intento de vetar a su candidato, el magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés.
La reunión de este miércoles llegaba con el camino despejado a la última razón que habían esgrimido los conservadores para mantener en pausa la renovación del tribunal de garantías: las dudas sobre la permanencia del vocal Rafael Mozo como presidente suplente del CGPJ. El Tribunal Supremo rechazó por la mañana la petición de que se suspendiera cautelarmente a Mozo que habían presentado el vocal Wenceslao Olea y el secretario del Consejo al recurrir su designación, por lo que el camino para elegir a los magistrados del Constitucional parecía despejado. Pero el relato de los vocales conservadores parece enfilar un camino insólito hasta ahora: si al final no hay acuerdo para renovar el tribunal de garantías, la culpa será de los progresistas. “Queremos negociar, pero ellos se niegan”, señala un vocal propuesto por el PP, que afea a sus compañeros de pleno que intenten imponer a su candidato y convertir los nombramientos en un “intercambio de cromos” en el que cada grupo vota a su aspirante y al designado por el otro bloque.
Cambian de estrategia y consiste en que cada sector ponga sobre la mesa dos o tres candidatos y ambos bloques negocien para acordar a los dos definitivos, uno progresista y otro conservador. Tras la reunión de este miércoles, el grupo de consejeros propuestos por el PP difundió una breve nota a los medios con su resumen de la situación: “Los interlocutores del otro grupo no aceptan el cambio metodológico que se les propuso. Ello supone que se niegan a valorar/negociar distintos candidatos para que los dos que se nombren respondan a la elección de ambos grupos, y no meramente de un intercambio de un nombre por otro. Por lo tanto, y en resumen, no aceptan ningún otro candidato diferente de Bandrés y no aceptan una metodología que suponga un debate real sobre la idoneidad de toda índole de los candidatos”.
Ambos grupos han quedado en verse de nuevo el próximo miércoles, una reunión que puede ser definitiva para constatar si el proceso se puede desatascar o corre peligro real de descarrilar definitivamente, según admiten vocales de ambos bloques. Los progresistas rechazaron este miércoles la fórmula de elección que propone ahora el otro sector y los dos vocales conservadores que participan en la comisión que negocia los nombramientos han quedado en informar a sus compañeros y comunicar la respuesta la semana que viene.
Los progresistas han preguntado durante la reunión de este miércoles si el problema real es de metodología o si es que algunos consejeros propuestos por el PP no quieren que los nombramientos salgan adelante. Y la respuesta, según miembros del órgano, ha sido que en el grupo conviven ambas situaciones. Los conservadores no vetan explícitamente a Bandrés, pero algunos miembros de este sector no quiere votarle porque consideran que es un candidato “gubernamental”. “No dudamos de que reúne las condiciones, pero hay que ver si es idóneo”, señala un vocal reticente a votar a este magistrado. Otros admiten que les parece buen candidato, pero dudan de si podrán convencer a sus compañeros.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.