La respuesta a la pregunta de si los mayores españoles necesitarán el año que viene una tercera dosis de la vacuna frente al coronavirus se escribe ahora en los arrabales de Yakarta (capital de Indonesia, con más de 30 millones de habitantes) o el Delta del Nilo (donde viven casi 40 millones de personas). También en las atestadas fiestas de personas jóvenes del primer mundo. Son esos lugares, donde el virus puede circular ampliamente entre grupos de población aún no inmunizada, los que multiplican el riesgo de que surjan nuevas mutaciones que rearmen al patógeno, alertan los expertos. Unos cambios que obligarían a revacunar a la población para evitar una nueva oleada de hospitalizaciones y fallecimientos.
África González, catedrática de inmunología en el Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) de la Universidad de Vigo, expone: “La llamada tercera dosis solo será necesaria en dos supuestos. El primero es el menos probable y ocurriría si las personas vacunadas empiezan a sufrir reinfecciones porque sus defensas dejan de ser eficaces frente al virus al haber perdido la memoria inmunológica. El segundo sería la aparición de una nueva cepa muy cambiada respecto a las variantes actuales que hiciera que las vacunas dejen de ser eficaces. Pero, en sentido estricto, entonces ya no estaríamos hablando de una tercera dosis, sino de una nueva vacuna, como ocurre cada año con la gripe”.