hoteles de cuatro y cinco estrellas de Baleares tendrán que tener camas elevables, mecánicas o eléctricas, para facilitar el trabajo del colectivo de camareras de piso, uno de los más afectados por la siniestralidad laboral en el sector turístico.
Esta obligación supondrá renovar 300.000 camas en los hoteles de mayor categoría de las islas para mejorar las condiciones de trabajo de más de 20.000 camareras, conocidas popularmente como kellys. Es una de las novedosas medidas que incluye la nueva Ley Turística de Baleares que impulsa el Gobierno regional y cuyo contenido ha sido desgranado este lunes en Madrid por la presidenta de la comunidad, Francina Armengol, acompañada por la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y por la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.
El Gobierno balear ha aprovechado el arranque de la feria turística FITUR el miércoles en Madrid para explicar los detalles de una normativa que implicará una inversión de 55 millones de euros y pretende girar el modelo turístico del archipiélago hacia la responsabilidad laboral y medioambiental.
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La norma pretende conjugar las vertientes social, económica y medioambiental con el objetivo, según ha explicado Armengol, de conseguir un crecimiento económico “más sostenible” y una mejora de la convivencia “entre residentes, trabajadores del sector y visitantes”.
El texto contempla una medida pionera para garantizar la protección de las camareras de piso, uno de los colectivos más azotados por las enfermedades derivadas de su actividad profesional en todo el sector turístico. A lo largo del año 2023, los hoteles de 4 y 5 estrellas de las islas tendrán que contar obligatoriamente con camas elevables, ya sean de tipo mecánico o eléctrico, para facilitar el trabajo de sus empleadas a la hora de adecuar las habitaciones —hay estructuras por menos de 200 euros—.
En las islas hay alrededor de 80.000 camareras de piso que llevan años luchando por el reconocimiento de las enfermedades derivadas de su puesto de trabajo, principalmente trastornos músculo-esqueléticos, y por una reducción de la carga de trabajo. El 35% de los accidentes laborales que sufre este colectivo está relacionado con los sobresfuerzos.
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La ley también despliega un amplio abanico de obligaciones en favor de la economía circular en el sector, entre las que se recoge la obligatoriedad de que todas las empresas tengan planes de aprovechamiento de los recursos.
Por ejemplo, los establecimientos tendrán la obligación de instalar sistemas de doble pulsador en las cisternas de los inodoros y de contar con dispositivos de ahorro de agua en grifos de lavabos, bañeras y duchas. También se pretende potenciar el aprovechamiento de las aguas pluviales, mientras que se pretende acabar con los productos de higiene para el baño de un solo uso.
En el ámbito alimentario quedará prohibida la utilización de especies clasificadas dentro de la categoría de amenazadas y se establecerá como obligatoria la trazabilidad del pescado y del marisco de origen balear. A nivel energético, los hoteles tendrán que cambiar las calderas de fueloil por las de gas natural o eléctricas, lo que permitirá emitir anualmente 57.600 kilos de CO₂ menos por hotel.
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