La pandemia va a dejar tras de sí una nueva forma de trabajar que aun no ha adquirido su máxima dimensión y que llevará a reconfigurar los espacios de trabajo. Algunos ya han abordado las reformas, como están comprobando los empleados que esta semana han vuelto a la oficina tras levantarse el estado de alarma. Pero la mayoría de las obras están por llegar. Porque actualmente las organizaciones están inmersas en un ejercicio de reflexión generalizado sobre el nuevo modelo de trabajo y de oficina hacia el que quieren ir, según Leyre Octavio de Toledo, directora del área de Arquitectura de la consultora inmobiliaria Savills Aguirre Newman: “Hasta las empresas más conservadoras desean cambiar”. No se quieren precipitar en la toma de decisiones porque la apuesta es a largo plazo, aunque todo el mundo se decanta por el sistema de trabajo híbrido, añade.
La era de la flexibilidad
Pocas personas quieren regresar para realizar su trabajo habitual en la oficina. La mayoría quiere socializar en ella y dejar su labor individual para la casa. “Sería un drama volver al mismo espacio que antes. Hay una nueva realidad”, afirmaba la profesora de IESE Mireia Las Heras en la presentación del estudio Un lugar de trabajo sostenible, del que se desprende que solo un 12% de los empleados consultados desea teletrabajo los cinco días de la semana y únicamente un 4% en el centro laboral. La mayoría prefiere la hibridación, la flexibilidad. El desempeño en remoto dos o tres días semanales en condiciones idóneas mejora el rendimiento un 19% y la calidad del trabajo un 10%, el mismo porcentaje en que sube el orgullo de pertenencia, señala el estudio. “Estamos en un nuevo entorno, aunque la mentalidad de presencialidad no ha desaparecido”, avisa Las Heras, que recomienda a todos los empleados un cambio de chip para acudir a la oficina no a teletrabajar sino a aportar un plus de relación, creación o innovación.
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