En días recientes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se manifestó en contra de la nueva ley antimigrante implementada por el estado de Texas. En sus declaraciones, López Obrador expresó que su postura siempre será contraria a este tipo de medidas, destacando que México es un país que históricamente ha sido receptor de migrantes y que aboga por el respeto a los derechos humanos.
La nueva ley promulgada por Texas, según señala López Obrador, representa un retroceso en materia de derechos humanos y va en contra de los principios de solidaridad y cooperación internacional. Asimismo, el presidente mexicano enfatizó la importancia de abordar el fenómeno migratorio desde una perspectiva integral, respetando en todo momento la dignidad y los derechos fundamentales de las personas que se ven en la necesidad de desplazarse de sus lugares de origen.
Cabe destacar que estas declaraciones se enmarcan en un contexto de tensiones y desafíos en la relación bilateral entre México y Estados Unidos en materia migratoria. La postura de rechazo del presidente mexicano a la ley antimigrante de Texas refleja la preocupación por salvaguardar los intereses y derechos de la comunidad migrante, así como la búsqueda de soluciones que promuevan un enfoque más humano y solidario frente a la migración.
En resumen, las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador ponen de manifiesto la oposición del gobierno mexicano a la nueva ley antimigrante de Texas, reafirmando su compromiso con el respeto a los derechos humanos y su postura en favor de una política migratoria más incluyente y respetuosa.
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