Los anticuerpos que se generan como respuesta frente a la infección por el SARS-CoV-2 perduran entre los seis y los doce meses después del contagio.
Un equipo internacional de científicos ha comprobado que los anticuerpos continúan evolucionando durante un periodo de 6 a 12 meses. Se potencian cuando la persona que sufrió la infección recibe la vacuna, por lo que han concluido que la inmunidad frente a la covid-19 podría ser duradera.
Esto, según los resultados de la investigación, sugiere que la vacunación aumenta la inmunidad en quienes ya han padecido la enfermedad.