El nuevo frenazo a la desescalada en Reino Unido, que no eliminará todas las restricciones al movimiento ni al contacto social hasta el 19 de julio, ha supuesto un jarro de agua fría para España, ya que es el primer gran emisor de viajeros, con 18,1 millones de viajeros, un 21,6% del total. Pero ese porcentaje es mucho más elevado en algunos destinos de Baleares o Canarias (Benidorm y Salou son las dos únicas excepciones penínsulares) y la posibilidad de que los primeros turistas no lleguen hasta finales de julio, en el más optimista de los escenarios, ha extendido el pesimismo entre la industria turística.
Benidorm es el destino más visitado en España por los viajeros británicos, con 791.000 turistas al año, lo que supone un 37% del total. Nuria Montes, gerente de la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunidad Valenciana (Hosbec), recalca que lo acordado el lunes en Reino Unido era un escenario esperado. “Ya nos lo dejó caer el embajador de Reino Unido en España en nuestra última reunión y estábamos preparados manejando dos escenarios: el primero, el más optimista, es arrancar el inicio de las operaciones a finales de julio y el segundo, quizá más realista, es que empiecen a volver a finales de agosto”.
En cualquier caso aclara que no se podrá hablar de recuperación en Benidorm mientras no haya un regreso completo del turismo británico. La gerente de Hosbec confía en que Benidorm recupere en verano la mitad de los viajeros extranjeros recibidos en el verano de 2019 y que ese porcentaje escale hasta el 80% para el invierno.
Conectividad aérea
Canarias es otro de los destinos más afectados por el frenazo del turismo británico. Jorge Marichal, presidente de la patronal hotelera Ashotel, que representa a Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera, y de la estatal Cehat, precisa que las zonas más afectadas son Tenerife y Lanzarote. Adeje ese el tercer destino en España, tras Benidorm y Barcelona, que más viajeros británicos recibe, con 573.000 turistas, un 38,8% del total, y Arona, otro municipio tinerfeño, aparece en quinto lugar, con 355.275 viajeros británicos, con un 43,6% sobre el total. “Llevamos meses trabajando para reducir la fuerte dependencia del mercado británico y apostar por otros mercados, como Francia o los países del Este, pero nuestro margen de actuación es mucho menor que el de Benidorm, ya que ellos cuentan con un mercado penínsular que puede llegar en coche y Canarias depende en exclusiva de la conexión aérea”.
En cualquier caso denuncia que lo sucedido con Reino Unido (el veto a viajar al extranjero) replica lo sucedido el año pasado y es una muestra del proteccionismo surgido a partir del brexit. “Parece que tuvieran un plan para que los británicos no salgan al extranjero de vacaciones y se queden en su país”, asegua Marichal.
Pero quizá el impacto más duro se puede vivir en Baleares, en el que el riesgo de un segundo verano en blanco empieza a tomar forma. En el top ten del turismo británico en España aparecen Calviá, con 548.278 viajeros (un 35,6% del total) y Palma de Mallorca, con 224.124 (un 9,4% del total). “Este nuevo retraso hace polvo las expectativas de la industria turística y dificulta las vacaciones hasta dentro de un mes más», recalca María José Aguiló, vicepresidenta ejecutiva de la Federación Hotelera Empresarial de Mallorca (FEHM).