Se ha despejado la incógnita. Los Juegos Olímpicos de Tokio podrán tener público nacional. Con peros, con cautela, y con la advertencia de que la decisión es reversible. Pero a 32 días del arranque oficial, y en contra de lo que un muy amplio segmento de la opinión pública japonesa y las autoridades sanitarias llevan semanas pidiendo. Los organizadores del evento multideportivo han anunciado que hasta 10.000 espectadores nacionales podrán asistir a los recintos de competición. Siempre y cuando no vuelva a declararse un nuevo estado de emergencia.
La decisión, que estaba prevista que se tomase el pasado abril, se ha retrasado hasta este lunes debido a las “dificultades para evaluar la situación”, según declaraba la presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, la semana pasada.
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El viernes, el experto en enfermedades infecciosas y principal asesor sobre la pandemia del país, Shigeru Omi. Quien se ha mostrado crítico en reiteradas ocasiones con la decisión de seguir adelante con la cita estival, expresaba que lo mejor era que estos se celebrasen sin público para evitar la propagación de la covid. En abril, los organizadores ya habían anunciado que no se permitiría la llegada de público procedente del extranjero.
“De acuerdo con las restricciones del Gobierno para acontecimientos multitudinarios, hemos decidido fijar el límite de espectadores en el 50% de la capacidad de los estadios, hasta un máximo de 10.000 espectadores”, ha anunciado este lunes Hashimoto, en una comparecencia ante los medios.
Esa cifra será, en todo caso, condicional. De declararse un nuevo estado de emergencia sanitaria, o decretarse otras medidas para impedir contagios. “Se podrían aplicar restricciones en el número de espectadores, incluida la celebración de eventos sin público”, ha declarado la responsable del comité organizador y ex atleta olímpica.
El encuentro virtual de este lunes entre los presidentes del comité organizador de Tokio 2020, el Comité Olímpico Internacional (COI). El Comité Paralímpico Internacional, el Gobierno japonés y las principales autoridades tokiotas se ha producido tan solo un día después de que la capital nipona y otras ocho prefecturas suprimiesen el estado de emergencia. Aunque hasta el 11 de julio Tokio continuará aplicando medidas restrictivas para hacer frente a posibles rebrotes. Se espera que después de esa fecha las instalaciones deportivas puedan acoger hasta el 50% de su aforo.