Ya es definitivo: Pedro Sánchez ha confirmado que aprobará este martes los indultos a los nueve presos del procés que aún tienen condena por cumplir. El presidente lo ha anunciado en Barcelona, en el Liceu, en un acto un tanto deslucido por la escasez de público ―había unos 250 invitados en la platea y todo el resto estaba vacío― y la ausencia de los máximos representantes del independentismo y de la Generalitat, que no aceptaron la invitación del Gobierno. A la entrada, un reducido grupo de manifestantes independentistas que tenían algunas bengalas obligó a los Mossos d’Esquadra a colocar los furgones policiales como parapeto para evitar problemas. Sánchez y los invitados entraron entre abucheos y pitos.
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El ambiente externo no facilitaba pues un ambiente de concordia, pero Sánchez ha argumentado los indultos en la misma línea en la que irán los textos legales que se aprobarán mañana: como un mensaje para reconciliar a la sociedad catalana y española después del desgarro del procés. “Vamos a restituir la convivencia. No desde el olvido, pero sí desde el respeto y el afecto”, ha insistido Sánchez. Durante el acto, el presidente sufrió un intento de boicoteo de un independentista que logró colarse en el acto y al final, cuando una mujer entre los asistentes le reclama un diálogo más que un monólogo ―solo habló él― el presidente salió con ella hacia una zona del teatro para conversar.
Sánchez explicó los indultos en la línea de la justificación que se aprobará mañana en los textos legales a los que dará el visto bueno el Consejo de Ministros. Y también apelando al espíritu de la Transición, que permitió pactar la Constitución española y el PSOE sigue defendiendo aunque está abierto a cambios. Las medidas de gracia son, según el Gobierno, un instrumento para solucionar el problema catalán y no un favor a los presos. “La razón fundamental de los indultos es su utilidad para la convivencia. Sacar a estas nueve personas de la cárcel que representan a millones de calanes es un rotundo mensaje de concordia. Esta decisión no les afecta a ellos, se dirige a toda la sociedad. Es un mensaje sobre todo para miles de personas que les apoyaron y se sienten solidarias. Y para las miles de personas que reprobaron su conducta, pero estiman suficiente ya el castigo. Con este acto sacamos a nueve personas de la cárcel, pero sumamos a millones de personas a la convivencia”, ha insistido el presidente.