Cuando la pandemia golpeó a los hospitales por primera vez, colapsando sus UCIs y desborando al personal sanitario, los médicos se enfrentaron prácticamente a ciegas a un enemigo desconocido para el que no había tratamiento. Seis olas después, el avance acelerado de la ciencia no solo ha permitido la distribución de varias vacunas o la fabricación de test de antígenos que se pueden comprar en farmacias, si no que ha dotado a los especialistas con nuevos fármacos en su lucha por evitar el riesgo de hospitalizaciones y muertes.
Cada medicamento está indicado para un tipo de paciente. “Los anticuerpos monoclonales ahora mismo están reservados para pacientes que están en una situación grave y que tienen una serología negativa, es decir, que no han desarrollado una respuesta inmune frente al virus”, señala Jesús Sierra, portavoz de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.
Con los paciente más graves, “el virus ya se ha replicado y lo que vemos son las consecuencias de la inflamación”, recuerda Pablo Vidal, de la Sociedad Española de Medicina Intensiva. En esta fase tienen un papel clave corticoides como la Dexametasona. Este medicamento fue precisamente unos de los primeros que desmotró salvar vidas frente al coronavirus.
Este martes, el Ministerio de Sanidad notificó 114.877 nuevos contagios y 382 fallecidos. Respecto a la presión hospitalaria, 19.314 personas permanecen ingresadas con la covid, 303 menos que ayer. En UCI, la ocupación desciende siete décimas hasta el 23,2%. De cada 100 pacientes que hay en la UCI, 23 tienen coronavirus. En total, 9.395.767 personas se han contagiado y 92.376 han muerto desde el comienzo de la pandemia.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook y Twitter, o visitar nuestra pagina oficial.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.