Las vacunas contra el coronavirus protegen al vacunado, pero también al resto de la familia. Es la principal conclusión de un estudio apoyado en un masivo cruce de datos de hogares británicos. El trabajo muestra que los pocos que se infectaron después de haber sido vacunados reducían a la mitad la probabilidad de propagar la covid en su casa. La investigación, que ha usado estadísticas de más de 300.000 unidades familiares y casi un millón y medio de personas, es la mayor demostración de que la vacuna es el mejor cortafuegos contra la propagación de la covid.
Aprovechando que en Reino Unido llevan mucho adelanto con la vacuna (34 millones ya con la primera dosis, el 53% de sus casi 67 millones de habitantes; España va por la mitad, el 27%), investigadores de la Agencia de Salud Pública del Reino Unido (PHE son sus siglas en inglés) han cruzado la información de tres bases de datos. Por un lado, las de los positivos confirmados por una PCR desde que empezó el año y hasta marzo. Por el otro, la de vacunados con los fármacos de Pfizer-BioNTech o AstraZeneca-Oxford. Y por último, agruparon a todos los que vivían bajo el mismo techo usando su número de afiliación a la sanidad pública y el UPRN, un registro que identifica cada casa que hay en el Reino Unido.
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Los científicos del PHE querían ver cómo afectaba la vacunación dentro de los hogares, ya que las viviendas son, probablemente, el sitio donde mayor riesgo hay de contagio porque son espacios cerrados donde se convive cercanamente durante tiempo y sin mascarilla. La eficacia de las vacunas está más que demostrada, pero lo que les interesaba era comprobar si, además de proteger al vacunado, también lo hacía con los que le rodean. Para ello usaron una muestra con 365.447 positivos considerados caso índice o primer caso producido en cada casa entre enero y marzo. Estos convivían con otro millón de personas. Vieron que, en los 14 días siguientes de dar positivo, se producían otras 102.662 infecciones en los hogares, llamados casos secundarios. Es imposible saber si cada uno de ellos se contagió del primero, pero dadas las limitaciones a la movilidad y el avance de la vacunación, resulta lo más probable. Eso arroja una ratio de contagio dentro del hogar de un tercio aproximadamente.
¿Qué pasó con los vacunados?
De aquellos 365.447 hogares con un caso índice, 24.217 de ellos dieron positivo días después de ser vacunados. La cifra baja hasta solo 4.107 infectados, el 1,12% del total, si se cuenta a partir de 21 días, el tiempo estimado para desarrollar inmunidad. Hay que tener en cuenta que en Reino Unido solo se está administrando un pinchazo, lo que podría rebajar algo la protección. Por otro lado, ninguno de los casos necesitó de hospitalización. Así que todo indica que las vacunas protegen a los que se las ponen.
Lo siguiente que hicieron los investigadores fue ver si también protegían a los que les rodean. Para ello, compararon los hogares con un primer caso vacunado, pero infectado, con aquellos donde había un contagiado pero no habían llegado las inmunizaciones. En las casas sin vacunados, hubo un 10,1% de convivientes que se contagiaron en los 14 días siguientes a que lo hiciera el caso índice (96.898 de un total de 960.765 contactos). Pero en las viviendas donde el caso índice ya había sido inmunizado, los segundos casos se redujeron al 6,06% (567 nuevos positivos de 9.363 contactos). Es decir, las vacunas rebajan en más de un 40% la probabilidad de que la covid se propague dentro de casa. El porcentaje subía al 49% si la vacuna era la de AstraZeneca y Oxford.
En los 365.000 hogares británicos de la muestra con un positivo entre enero y febrero hubo un 1,12% que se infectaron tres semanas después de haber sido vacunados
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