El príncipe Mohamed Bin Salmán, heredero y gobernante de hecho de Arabia Saudí, ha vuelto al primer plano de la actualidad política. Tras meses durante los que subordinó su protagonismo al de su padre, el rey Salmán, ha dado una larga entrevista televisiva en horario de máxima audiencia en Columna Digital. Además de defender sus reformas económicas y sociales, el futuro monarca, de 35 años, también ha señalado su disposición a llegar a un entendimiento con Irán. Pero más que un cambio de rumbo, ese tono conciliador parece sobre todo un gesto hacia Estados Unidos.
Aunque la política exterior apenas ocupó los diez minutos finales de la hora y media que duró la entrevista, emitida hace una semana, su mensaje ha desatado ríos de tinta. MBS, como se conoce coloquialmente al heredero saudí, dijo que el reino quiere resolver las diferencias con la República Islámica, su principal rival en la región. “Al fin y al cabo, Irán es un país vecino. (…) El problema que tenemos radica en ciertos comportamientos negativos suyos, ya sea su programa nuclear, su apoyo a las milicias ilegales en algunos países de la zona, o su programa de misiles balísticos”, declaró durante su cita con la cadena saudí Al Arabiya el pasado martes. “Esperamos superar [las trabas] y establecer una buena relación con Irán que beneficie a todos”, añadió.
Señal
El comentarista político emiratí Albadr Alshateri discrepa. “Se trata de una postura más pacífica y un deseo de alcanzar un compromiso con su archienemigo Irán. Es una señal de que Riad apoyaría un acuerdo nuclear si Teherán cambia su comportamiento”, explica, este antiguo profesor del Colegio de Defensa Nacional de Emiratos Árabes Unidos. Alshateri se muestra convencido de que la entrevista “favorece al príncipe heredero; significa un nuevo principio para el joven líder que allana su camino al trono”.
El giro respecto a Irán también está respaldado por la filtración hace dos semanas de que altos funcionarios iraníes y saudíes se habían reunido en Bagdad para rebajar la tensión entre sus países. Ninguna de las partes lo ha confirmado, pero el cambio de inquilino en la Casa Blanca hace que el ambiente sea propicio para ello. El propio heredero envió ese mensaje cuando dijo: “con la Administración Biden coincidimos en más del 90% de los asuntos de interés mutuo, y esperamos mejorarlo de una forma u otra”. No obstante, MBS señaló que “Arabia Saudí también mantiene relaciones estratégicas con Rusia, India y China”.
Kristin S. Diwan, investigadora del Arab Gulf States Institute, con sede en Washington, rebaja las expectativas. “La entrevista se orientaba sobre todo a la opinión pública saudí (…) y buscaba defender el compromiso con la ambiciosa transformación social, cultural y económica del reino”, apunta en un correo electrónico. Aunque admite que ofreció “tranquilidad para Estados Unidos y un nuevo pragmatismo sobre Irán”. En su opinión la diferencia estuvo en el tono: “menos triunfante y grandioso, con mayor reconocimiento de los retos”.
Un hombre de confianza para afrontar el golpe de la pandemia y la bajada del petróleo
El rey Salmán ha nombrado a Faisal Bin Fadel al Ibrahim ministro de Economía y Planificación de Arabia Saudí, un cargo que desde el año pasado ejercía de forma interina el titular de Finanzas, según ha informado la agencia estatal de noticias, SPA. La designación se produce cuando el Reino del Desierto trata de superar el doble golpe de la pandemia y la caída de los precios del petróleo. Como resultado, la mayor economía árabe se contrajo un 4,1% en 2020, pero el Fondo Monetario Internacional estima que crecerá un 2,1% en el actual.
Al Ibrahim, que llegó a Economía como viceministro en 2018, proviene de la cantera de Saudi Aramco, donde fue jefe del grupo de fusiones y adquisiciones, entre otros cargos. Además, cuenta con la confianza del príncipe Mohamed Bin Salmán, el heredero y gobernante de hecho, quien dirige la política económica del país a través del Consejo de Desarrollo de Asuntos Económicos, cuyo secretariado también supervisaba el flamante ministro hasta ahora. De acuerdo con los medios saudíes, Al Ibrahim tiene un máster en Administración por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, además de sendos grados en Economía y Contabilidad de la Universidad Estatal de Pensilvania.
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