El cineasta Paco Bezerra acudió a la lectura dramatizada en la Fundación SGAE de ‘Muero porque no muero (La vida doble de Teresa)’ que fue retirada de la temporada de los Teatros del Canal, dependientes de la Comunidad de Madrid. Interpretado a cinco voces por cinco grandes actrices: Ana Belén, Aitana Sánchez-Gijón, Nathalie Poza, Julieta Serrano y Gloria Muñoz. Al acto, celebrado en una abarrotada Sala Berlanga de Madrid, acudieron representantes del mundo de la cultura y la política, que demostraron así su apoyo decidido al autor tras la retirada de la obra de la programación de los Teatros del Canal por parte de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. La función, con música original de Luis Miguel Cobo, fue dirigida por Matías Umpierrez.
La función fue mucho más que una lectura dramatizada. Fue toda una lección de interpretación ofrecida por las cinco intépretes, todas ellas vestidas de negro. Sentadas en una fila frente al público, con un atril e iluminadas cada una de ellas con una luz blanca, se fueron intercalando en la narración en las distintas escenas y, en algunos casos, generando encuentros dentro del texto. Umpierrez quiso jugar, en la pantalla tras el escenario, con el color azul como “símbolo de la libertad y la verdad” y el rojo “como textura de la pasión y el poder”. La función termina con una frase impresa de Teresa de Jesús: “El que quiere conseguir todo, debe renunciar a todo”.
La lectura dramatizada de Muero porque no muero forma parte de un ciclo que organiza cada año la Sociedad General de Autores de España (SGAE) con la finalidad de tomar el pulso a la dramaturgia contemporánea y en el que se incluyen las obras premiadas por la institución. Muero porque no muerto fue galardonada por la SGAE con el premio Jardiel Poncela, galardón que incluye también la edición de la obra.
La obra es un monólogo protagonizado por Teresa de Jesús con dos partes claramente divididas. La primera es más ortodoxa y claramente pegada a la vida de la santa, una especie de biopic fiel a la biografía verdadera, mientras que en la segunda, imaginada e irreal, la protagonista resucita en la España de hoy inicia la búsqueda de su cuerpo esparcido por el mundo para recomponerse, a la vez que va descubriendo la imagen que de ella tiene la sociedad actual.
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