Según un estudio reciente, los niños de familias con bajos ingresos pasan 16 días más al año frente a pantallas que los niños de ingresos más altos. Además, estos niños llevan a cabo seis días menos de actividad física que sus contrapartes de ingresos más altos.
El estudio, realizado por la Fundación para la Salud Infantil y la Felicidad, evaluó el tiempo de pantalla y la actividad física de más de 10,000 niños de 6 a 13 años en todo el país. Los resultados revelaron una brecha significativa en la forma en que los niños de diferentes entornos económicos gastan su tiempo libre, lo que refleja una desigualdad persistente en la sociedad.
Los niños de bajos ingresos también tienden a tener menos acceso a espacios al aire libre y recursos para la actividad física, como instalaciones deportivas y programas de equipo organizados por la escuela y la comunidad. Además, la falta de acceso a opciones saludables de alimentación y nutrición contribuye a una salud deficiente y disminuye la posible capacidad de hacer actividad física.
Esta brecha es muy preocupante y tiene graves ramificaciones a largo plazo en la salud y la calidad de vida de estos niños. Es necesario que los líderes en la educación y la salud encuentren formas de cerrar esta brecha y asegurarse de que cada niño tenga igualdad de oportunidades de estar físicamente activos y saludables.
En resumen, la brecha en el acceso a las pantallas y la actividad física para niños de bajos ingresos es una de las principales preocupaciones a nivel de salud e igualdad social. Los niños que crecen en hogares con bajos ingresos merecen acceso a los recursos necesarios para una vida saludable y activa. Es imperativo trabajar juntos para cerrar esta brecha y garantizar que todos los niños tengan igualdad de oportunidades de crecer sanos y felices.
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