Las autoridades de Nueva Zelanda han anunciado restricciones en la capital, Wellington, después de que un turista australiano diera positivo por coronavirus tras visitar la ciudad, que ha pasado al nivel 2 de alerta hasta el domingo. Se imponen límites a las reuniones, en las que no pueden participar más de 100 personas, mientras que las mascarillas vuelven a ser obligatorias en el transporte público. También se requiere mantener la distancia de seguridad en espacios como supermercados.
No hay más diagnósticos en Nueva Zelanda relacionados con este positivo. Sin embargo, las autoridades han pedido a todas las personas que estuvieron en 12 espacios públicos de Wellington por donde pasó el infectado que tomen precauciones como hacer cuarentena y someterse a pruebas de covid. Entre estos espacios hay una sala de exposiciones, un hotel, una farmacia, bares y restaurantes. El Ministerio de Sanidad del país detalla incluso las franjas horarias de riesgo en cada localización.
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Estas medidas vienen motivadas por un solo diagnóstico. Nueva Zelanda ha destacado durante toda la pandemia por una política muy agresiva contra el virus, haciendo saltar las alertas con poquísimos casos. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, de cinco millones de habitantes, ha registrado solo 2.363 positivos y 26 muertes por coronavirus desde que empezó la pandemia. El 12% de la población tiene al menos una dosis de la vacuna, según las cifras de Our World in Data. Hace cuatro meses que no se registra transmisión comunitaria en Nueva Zelanda, según informa Reuters.
Nueva Zelanda tiene sus fronteras cerradas al resto del mundo desde hace meses, con contadísimas excepciones. A mediados de abril estableció un acuerdo con su país vecino, Australia, con una situación epidemiológica también muy positiva. Se autorizaron los viajes entre ambos países sin necesidad de realizar cuarentena y este es el primer caso en el que un turista da positivo, lo que ha provocado una suspensión de esta apertura.