La alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, ha afirmado este martes que el trato que los talibanes dispensen a mujeres y niñas en Afganistán constituirá una “línea roja” en cuanto al cumplimiento de los Derechos Humanos por parte de los insurgentes. En una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU convocada de urgencia para abordar la situación de Afganistán, Bachelet ha confirmado a su vez que su oficina ha recibido “informes creíbles” de ejecuciones sumarias de civiles y de miembros de las fuerzas de seguridad afganas que se habían rendido, a manos de los talibanes, entre otras graves violaciones de derechos humanos.
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“Exijo que los talibanes trabajen para restablecer la cohesión social y la reconciliación, mediante el respeto de los derechos de todos los que han sufrido tanto durante décadas de conflicto”, ha señalado Bachelet durante la sesión, cuyo objetivo ha sido decidir de qué forma se puede actuar para evitar una escalada de violaciones de los derechos humanos de la población tras la retirada de las fuerzas militares occidentales y el retorno al poder de los talibanes.
Entre esas violaciones de los derechos humanos en el país a cuya comisión por parte de los fundamentalistas se refirió Bachelet figuran también la represión violenta de protestas pacíficas y de expresiones de disidencia, el reclutamiento de niños para combatir y la imposición de restricciones de movimiento a las mujeres y las niñas, a quienes se impide asistir al colegio.
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Los talibanes han asegurado que respetarán los derechos humanos de mujeres y minorías étnicas pero de acuerdo con su interpretación de la ley islámica, y que no ejecutarán ninguna venganza contra quienes colaboraron con gobiernos de otros países, unas declaraciones que chocan con los datos de los que dispone el Alto Comisionado que dirige la expresidenta chilena.