Organizaciones civiles y religiosas de México y el mundo, así como de la política, han condenado el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar dentro de la iglesia de la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua. La Compañía de Jesús exigió justicia y además pidió que sean recuperados los cuerpos porque fueron sustraídos por los delincuentes.
“Los jesuitas de México no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad. Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales”, señaló en un comunicado.
La Arquidiócesis Primada de México hizo un llamado a unirse en oración por el eterno descanso de los sacerdotes jesuitas asesinados y por el cese de la violencia en nuestro país.
Mientras la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en México lamentó el “brutal asesinato de los hermanos jesuitas” e hizo un llamado por el pronto esclarecimiento de su muerte “y expresamos nuestras condolencias a sus familiares y amigos, descansen en paz”.
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez también condenó el homicidio y se solidarizó con la Compañía de Jesús y las familias.
La Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, “confiada a la Compañía de Jesús”, también condenó enérgicamente el asesinato de los jesuitas y se pronunció por la eliminación de la impunidad. “Manifestamos nuestra empatía y solidaridad con todas las personas que padecen injusticias”, añadió.
Con el posicionamiento de la Ibero, la universidad se unió a la voz de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús “que demanda, de forma inmediata, la adopción de medidas de protección para salvaguardar la vida de nuestros hermanos jesuitas, de personas religiosas y laicas, así como de toda la comunidad que se vio afectada”.
Tras lamentar y condenar estos hechos, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, informó que ella de manera personal atendió los protocolos de seguridad y aseveró que las autoridades montaron una estrategia para garantizar la seguridad de los otros clérigos ubicados en esa región del estado.
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