Con la pandemia en vías de solución, Pedro Sánchez se vuelca en la agenda internacional, uno de los asuntos más destacados de su mandato, sobre todo si se compara con Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero, mucho menos interesados que el actual presidente en esta cuestión. Sánchez ha enfocado la política exterior con una visión clara de apoyo a la internacionalización de las empresas españolas, no en vano eligió como ministra de Exteriores a Arancha González Laya, experta en diplomacia económica. En este contexto, el presidente visita este jueves Libia, un país que lleva 10 años en una terrible guerra civil tras la caída y asesinato en 2011 de Muamar El Gadafi, pero que desde el alto al fuego de agosto de 2020 está tratando de fraguar una transición pacífica hacia una democracia.
Sánchez viaja con varios empresarios, entre ellos el máximo responsable de Repsol, Josu Jon Imaz, una empresa que lleva 27 años en Libia y que tiene pozos muy importantes de altísima calidad que ha logrado mantener en funcionamiento a pesar de la guerra. Después de unos meses de parón en 2020, con el alto el fuego la producción se ha recuperado y después de un hundimiento de la economía superior al 50%, el mayor del mundo, ahora crece al 115%. Por toda la capital, Trípoli, se ven grúas que levantan edificios nuevos o reconstruyen otros antiguos.
Libia está entre los 10 países con más reservas petroleras del mundo, lo que le permitiría un alto nivel de vida a su población si lograra acabar definitivamente con la guerra y estabilizar la economía. “Este país está sentado en un tesoro”, resumen fuentes del Gobierno. Sánchez busca así apoyar a las empresas españolas y crear un hueco para ellas en la reconstrucción, y además desde el punto de vista político respaldar al Gobierno de concentración nacional, que se enfrentará a unas elecciones en diciembre.
“España quiere estar al lado de Libia. Es tiempo de paz, de que el pueblo de Libia tenga lo que merece: seguridad bienestar y prosperidad. España quiere apoyar el proceso de elecciones. Hoy reabrimos nuestra embajada. Seremos el único país, con Italia, que dará visados Schengen”, ha explicado Sánchez en una comparecencia conjunta con el primer ministro libio, Abdul Hamid Dabeiba. “Queremos acompañar el proceso de transformación económica. Las necesidades son muchas: infraestructuras, salud, agricultura, ganadería, transportes, energías renovables”, ha rematado el presidente español. Libia, según ha explicado el primer ministro, tiene un problema grave con la sanidad y empresas españolas como HM Hospitales también se han sumado al viaje.