La escalada del conflicto entre Israel y Hamás también ha dejado sus huellas en los servicios humanitarios que presta la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo. El organismo, que proporciona servicios básicos como educación y salud a más de 5,6 millones de refugiados palestinos en Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano y Jordania, se ha conocido afectado por los bombardeos de la franja en estos últimos días. “Tenemos dos escuelas dañadas, al igual que las oficinas centrales de la UNRWA en Gaza”, afirma su comisionado general, el italo-suizo Philippe Lazzarini (La Chaux-de-Fonds, 57 años). Además, de los 27 niños muertos tras las ofensivas israelíes, ocho eran refugiados que frecuentaban las escuelas de la agencia, según el comisionado.
Lazzarini ha estado en España esta semana para tratar la situación presente de los refugiados palestinos asistidos por la UNRWA y se reunió este viernes con la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Durante su estancia, las hostilidades entre Israel y y las milicias palestinas se intensificaron, justo a finales del mes de Ramadán y en plena pandemia de coronavirus. “Esta era una crisis anunciada, sabíamos que si no se hacía nada, estallaría. En las dos últimas semanas hubo eventos en Sheij Yarrah [el posible desahucio de decenas de familias que viven en el distrito desde hace siete décadas]. Al mismo tiempo, durante el Ramadán, a los fieles se les impidió tener acceso total a la mezquita de Al Aqsa. Estos fueron los ingredientes para los levantamientos”.
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Mientras Israel amplia su ataque aérea contra Gaza, la agencia se prepara para tomar a más gazatíes en sus instalaciones que huyen de los bombardeos. “Anoche cientos de personas en el norte de Gaza acudieron a buscar refugio en una de nuestras escuelas. Estamos preparando los locales por si hay más desplazamientos. Vamos a almacenar agua, comida y kits de emergencia e higiénicos”, explica Lazzarini. El comisionado compara la situación con 2014, cuando, según la agencia, más de 300.000 personas se refugiaron en sus escuelas. “La diferencia es que ahora estamos en medio de una pandemia, si los bombardeos se intensifican y hay más personas desplazándose a lo largo de la franja va a ser un problema poder contener el virus en este tipo de refugios”.
El mayor responsable de la agencia creada hace 70 años para auxiliar a los refugiados palestinos posteriormente de la Nakba (el gran éxodo durante la guerra de 1948) afirma que el proceso político para encontrar una alternativa al conflicto ha estado estancado en los últimos años. En sus visitas a los campos de refugiados, cuenta, puede sentir la “desesperación, la angustia y la desesperanza”. “Hay también una sensación de haber sido abandonados por la comunidad internacional y no estar más en el centro de la agenda política. Este es un terreno fértil para para la frustración y los disturbios”, observa Lazzarini. “Se suponía que existiríamos de manera temporal, pero 70 años después aún estamos aquí. Ningún refugiado quiere serlo, pero lo son debido al fracaso de la comunidad internacional y las partes involucradas en acordar una solución política duradera”, asegura.
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En pocos días, la agencia de la ONU publicó una declaración en la que rechazó la resolución del Parlamento Europeo y se declaró “decepcionada” por el idioma utilizado por uno de los principales socios de la estructura. Lazzarini enfatiza: “He sido muy claro, hay cero tolerancia con cualquier enseñanza que no esté alineada con los valores de la ONU”. El comisionado afirmó que los materiales son constantemente revisados y que cuando se encuentran problemas (y ya los han encontrado en cuestiones de adecuación a la edad o de estereotipos de género) se explica a los profesores cómo corregirlos y cómo contextualizarlos.
Sin embargo, Lazzarini reconoce que la resolución puede tener un impacto negativo, principalmente, sobre las aportaciones que recibe la agencia de los Estados miembros de la Unión Europea. “Este tipo de declaración se usa básicamente para presionar a los legisladores para que cuestionen a sus Gobiernos por qué apoyan a la UNRWA, o para que pongan condiciones [a las aportaciones]”.
La vacunación sigue desigual entre los palestinos
El comisionado general de la UNRWA señala que, en general, la situación pandémica de los refugiados palestinos es un espejo del estado de las cosas en los países dónde están. “A veces la incidencia puede ser un poco menor o un poco mayor, principalmente donde hay más personas concentradas”.
Philippe Lazzarini explica que en los países donde actúa, la UNRWA es parte del plan nacional de vacunación. En regiones como Gaza, la organización es incluso responsable por aplicar los inmunizantes. “Pero el acceso a las vacunas es desigual”, ya que depende de la capacidad de adquisición de los países.
Respecto a los territorios ocupados por Israel en Palestina el comisionado cree que Israel “podría y debería” hacer más para que la población tenga ataque a las vacunas. “Es parte de la responsabilidad de Israel hacer eso”, dice en alusión al Convenios de Ginebra que estipula que la potencia que ocupa un territorio debe asegurar suministros médicos y advertir y controlar epidemias. También le preocupa que con la intensidad de los bombardeos, las instalaciones médicas no sean capaces de absorber tanto los enfermos por la pandemia como los heridos en los ataques.
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