La Fiscalía ha puesto sobre la mesa una nueva petición de cárcel para el comisario jubilado José Manuel Villarejo y el empresario Javier López Madrid, exconsejero de OHL. Según ha informado este miércoles el ministerio público, ha solicitado que se condene a ambos a 13 años y dos meses de prisión por amenazar, coaccionar e incluso acuchillar a la doctora Elisa Pinto, que había mantenido antes una relación de “amistad” con el alto directivo. Esta causa se ha instruido en un juzgado de Madrid y de forma separada a otra línea de investigación abierta contra ambos en la Audiencia Nacional, donde se imputa a López Madrid el delito de cohecho activo por contratar al policía para maniobrar e impedir que le denunciase la médica, jefa del servicio de dermatología del Hospital San Camilo (Madrid) en aquel momento.
Esta iniciativa de la Fiscalía complica todavía más el horizonte judicial de los dos acusados. Villarejo es el epicentro de un gran sumario de corrupción bautizado como Operación Tándem, que escruta el magistrado Manuel García-Castellón en la Audiencia Nacional. Dicha causa se compone de más de una treintena de líneas de investigación —incluida la relativa al cohecho por el hostigamiento a Pinto— y ya ha comenzado a juzgarse en parte en una vista oral que comenzó a finales del pasado año y donde el ministerio público pide más de 100 años de prisión para el comisario. El antiguo agente tiene pendiente otro juicio, previsto para noviembre, por grabar y participar en la difusión de una reunión entre la Policía y el CNI sobre Francisco Nicolás Iglesias, alias El Pequeño Nicolás, al que entonces cercaban.
Por su parte, López Madrid se encuentra procesado en el caso Lezo, la trama de corrupción que gira en torno a Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid. En ese sumario, la Fiscalía pide seis años de años de cárcel para el exconsejero de OHL por participar en la adjudicación irregular, en 2007, de las obras del tren a Navalcarnero (Madrid) por 360 millones de euros. El ministerio público atribuye al directivo los delitos de cohecho activo y falsedad en documento mercantil, y lo considera el ideólogo del fraude. Según expuso la acusación, el empresario se aprovechó de “su estrecha relación personal” con el político para pedirle que “utilizara su posición preeminente como alto cargo”, entonces era vicepresidente del Ejecutivo regional, sobre uno de los responsables de la adjudicación para asegurarse así el contrato, cosa que finalmente ocurrió. La constructora pagó supuestamente una mordida millonaria.
Coacciones “reiteradas” e “insistentes”
En el caso del acoso a la doctora Pinto, la Fiscalía de Madrid imputa a Villarejo y a López Madrid delitos continuados de coacciones, amenazas, lesiones y contra la Administración de Justicia. Según el relato del ministerio público, todo comienza en 2012, cuando Pinto ejercía como médica en la Clínica San Camilo y entabla una relación de “estrecha amistad” con el consejero. Este empieza supuestamente a enviarle regalos, mensajes subidos de tono, fotografías sexuales explícitas; y mantienen encuentros “deliberadamente” casuales en sitios públicos (tiendas, restaurantes y lugar de trabajo), además de “largas” llamadas telefónicas y una relación vía correo electrónico.
Pero todo cambia en 2013. Según la doctora, el empresario se excede e inicia un acoso contra ella. Entonces, López Madrid teme que Pinto lo denuncie y activa un plan de coacciones “reiteradas” e “insistentes” para evitarlo, según el ministerio público. Para ello, contacta con Villarejo y ambos arrancan una campaña de “hostigamiento” contra la víctima. Esta incluyó presuntas amenazas por teléfono —“Puta no te acerques a López Madrid, me vale madres [sic] llevarte por delante” o “te vamos a matar”, le dijeron en algunas de ellas—; visitas en persona a su consulta; seguimientos y vigilancias; contactos con su hijo en la puerta del colegio, al que le dijeron “también estamos pendientes de vosotros”; e, incluso, dos agresiones con arma blanca.
Según la Fiscalía, el 13 enero de 2014, cuando la mujer estaba en el interior de su vehículo parado en la calle, un desconocido se introdujo en la parte trasera del coche y le clavó un objeto en el hombro mientras le decía “estás indefensa”. La segunda ocurrió el 10 de abril del mismo año, cuando Pinto iba en su automóvil con su hijo y, tras bajarse para buscar el alzador para el niño, Villarejo la abordó y le hizo supuestamente un corte en el abdomen por encima de la blusa con un instrumento cortante mientras profería la expresión “López Madrid quiere que cierres la boca”.
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