Las personas inmaduras parecen no cambiar ni siquiera con el paso de los años. Muchas veces, conocemos a gente que tiene una tendencia a comportarse de formas no muy responsables o maduras, y que se mantiene así aunque pasen los años. Es difícil comprender del todo por qué alguien puede actuar de esa manera, pero seguramente te has encontrado con gente que te hace sentir incómodo por su poca comunicación y madurez. Sobre todo si tú, por el contrario, ya has trabajado más en este aspecto de tu ser.
Las personas inmaduras pueden tener comportamientos como ataques de ira, poca confianza en sí mismos o incluso sensaciones un tanto paranoicas. La madurez se asocia con un bienestar emocional que se refleja en la personalidad de la gente.
En muchas ocasiones, las personas inmaduras necesitan ir a terapia para trabajar en los motivos por los cuales se comportan de formas hirientes o poco asertivas. Y es que no siempre es fácil determinar los motivos detrás de este tipo de actitudes.
Sin embargo, algunos patrones detrás de las personas con este tipo de comportamientos pueden tener que ver con dos factores:
La autoestima ayuda a sentirse menos sensible a todo
Cuando las personas tienen baja autoestima, es probable que su capacidad para comunicarse de forma asertiva sea poca. Y es que cuando no nos sentimos bien con nosotros mismos, nos cuesta trabajo aceptar la crítica, incluso si es constructiva, y también resulta difícil tener una opinión distinta a la de los demás sin caer en discusiones y peleas. Además, normalmente las personas con baja autoestima pueden sentir miedo de que las personas a su alrededor no las quieran o acepten como son, llevándolas a tener conductas inmaduras o irracionales incluso con tal de protegerse del rechazo de los demás.
Por eso, es importante que trabajes en ser más seguro de ti mismo. De esta manera, podrás sentirte más cómodo siendo tú mismo sin necesidad de impresionar a nadie ni quedar bien, lo cual te ayudará a tener actitudes más maduras que te hagan sentir orgullo.
Poca confianza en los demás
¿Has notado que las personas inmaduras casi nunca reciben la crítica de forma saludable? Incluso cuando se trata de comentarios bien intencionados respecto a aspectos de su personalidad que quizá podrían mejorar. Cuando alguien reacciona de manera agresiva o manipuladora, aunque tú intentes evitar caer en la trampa, frente a comentarios constructivos o tranquilos, es probable que esa otra persona tenga, además de poca confianza en sí mismo, poca confianza en los demás.
Por eso, hay personas que nos parecen inmaduras por la manera en que se enfrentan a los retos de la vida, ya que puede parecer que se toman demasiado personal todo o que son hipersensibles a cualquier adversidad, y muchas veces tiene que ver con que cuentan con pocas herramientas para enfrentar el mundo de manera madura y saludable.
Tanto la baja autoestima como la poca confianza en los demás pueden rastrearse en su origen hasta la infancia. Cuando estamos creciendo, vamos desarrollando la identidad y el concepto en el que nos tenemos a nosotros mismos. Normalmente, si no recibimos apoyo y estimulación positiva respecto a quienes somos, es difícil que más grandes alcancemos este cariño propio y, por lo tanto, sigamos teniendo actitudes inmaduras.
Lo ideal es que con el tiempo aprendamos a ser suficientemente valientes y fuertes para enfrentar la vida, escuchar la crítica y saber que nuestro valor no depende de la opinión de los demás ni de la perfección de lo que nos rodea, sino de la actitud con que enfrentamos el día a día y la relación que le ofrecemos a los demás.