Un análisis reciente del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas ha expuesto una notable disparidad en la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a combustibles, específicamente gasolinas y diésel. Entre 2018 y 2023, los ingresos generados por este impuesto han estado desproporcionadamente concentrados en ciertos estados, resaltando un desbalance en la forma en que se distribuyen estos recursos.
La Ciudad de México se llevó el 41.6% de la recaudación total, seguida por Veracruz con 26.6% y Tamaulipas con 10.6%. A pesar de que el Estado de México, que concentra el 16.6% de los vehículos en circulación en el país, y Jalisco, con un 7.9%, presentan un alto consumo de combustible, ambas entidades reportaron una recaudación promedio de 0.0% del IEPS. Esta desconexión se debe a que el impuesto se calcula según el domicilio fiscal de las empresas petroleras, muchas de las cuales están registradas en los estados mencionados anteriormente, y no en el lugar donde realmente se consume el combustible. Como resultado, entidades con alta demanda vehicular se ven en desventaja, ya que, aunque pagan el mismo impuesto por litro, no reciben recursos en proporción a su consumo real.
De 2018 a 2023, se transfirieron a las entidades federativas un total de 142,894.8 millones de pesos por concepto del IEPS a combustibles. De esa cantidad, 116,912.2 millones, equivalentes al 82%, se asignaron como participaciones ordinarias, mientras que el 18% restante se destinó al Fondo de Compensación (Foco). Este fondo fue establecido para ayudar a las entidades con menores ingresos, aunque su destino ha sido objeto de debate.
En entrevistas previas, se ha mencionado que a pesar de que el Foco estaba destinado originalmente a infraestructura y mejora de servicios públicos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo declaró inconstitucional en 2008, lo que permitió que los recursos fueran utilizados de manera más flexible. Durante el periodo en cuestión, los principales beneficiarios del Foco fueron Chiapas, Guerrero y Oaxaca, con transferencias que variaron considerablemente entre entidades, evidenciando asimetrías en el crecimiento de ingresos.
Al observar la distribución de recursos, el análisis muestra que el Estado de México se posicionó como el mayor receptor de participaciones federales, obteniendo 12,191.9 millones de pesos, seguido de Jalisco y Veracruz. En contraste, entidades como Aguascalientes, Tlaxcala y Campeche recibieron las menores asignaciones, reflejando una inequidad que no ha sido suficientemente abordada.
Es pertinente señalar que la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en estas transferencias, con una caída abrupta del 22.6% en 2020. Aunque en 2023 hubo una recuperación del 17.8%, estos números no compensaron la disminución acumulada.
De cara al futuro, se estima que en 2025 se recaudarán 473,578 millones de pesos por IEPS a combustibles. En este contexto, resulta crucial examinar la recaudación de este impuesto por entidad federativa y la cantidad que se distribuirá en participaciones federales, cuestiones que impactan directamente en las finanzas estatales y, en consecuencia, en la calidad de los servicios que se pueden ofrecer a sus ciudadanos. La atención a estas dinámicas será fundamental para alcanzar una mayor equidad en la distribución de recursos y mejorar la situación de los estados más desfavorecidos.
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