“Si usted sabe a qué se debió el paro, por favor sea pedagogo y explique a todos lo demás que este paro no se debió solamente a la reforma tributaria”, comenzó debido una publicación anónima que se viralizó en redes sociales desde Colombia. Hace más de 20 días estalló en protestas y no se ve ahora mismo una salida inmediata. El ministro de Hacienda renunció, la propuesta para subir impuestos fue cancelada y la violencia escaló, mezclándose con el hartazgo de ciudadanos que no quieren solo salir de la pandemia. Quieren, también, entrar a la nueva normalidad con mejores oportunidades de trabajo y calidad de vida.
Las protestas de este año comenzaron con la posibilidad de una reforma tributaria, pero no deben ser interpretadas como nuevas, coinciden especialistas. Lo que ocurre es que se retomaron aquellas de 2019 y se sumaron muchos descontentos: la corrupción, la lenta implementación de los acuerdos de paz con la antigua guerrilla de las FARC, los homicidios de líderes campesinos e indígenas y, también, la desigualdad y el ingreso económico de las familias. La pandemia empeoró estas dos últimas problemáticas y la pobreza subió de 36% de la población en 2019 a 43% el año pasado.
La situación es, a todas luces, difícil y para el Gobierno hay una arista más: el apilamiento de su deuda. El presidente, Iván Duque, buscaba aumentar la recaudación de impuestos en, por lo menos, el equivalente al 2% del producto interno bruto (PIB) para que ninguna de las agencias calificadoras de deuda quite a Colombia el grado de inversión. Tras el fallido intento, S&P recortó la calificación de la deuda colombiana el miércoles, por lo que el peso colombiano y la bolsa cayeron el jueves. Bastará que otra calificadora haga lo mismo para detonar una salida de capital extranjero, ya que muchos fondos solo tienen permitido invertir en bonos que tengan dos grados de inversión.
“Estamos en un dilema importante como sociedad”, dice al teléfono desde Bogotá Carolina Monzón, analista económica en el banco Itaú. “En el contrato social hay grandes demandas y también en el estructural. Pensando no solo en este frente tan coyuntural de la pandemia, sino hacia adelante, ¿cómo vamos a atacar este tema de la deuda para que no siga creciendo?”, comenta.
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