Las autoridades bielorrusas han detenido este domingo en el aeropuerto de Minsk al periodista Roman Protasevich, perseguido por el régimen de Aleksandr Lukashenko, después de que el avión en el que viajaba se viera obligado a aterrizar de emergencia en la capital bielorrusa. La aeronave de Ryanair, que volaba sobre Bielorrusia en ruta a Lituania desde Grecia, recibió una amenaza de bomba, según la portavoz del aeropuerto de Minsk. El avión, un Boeing 737, fue escoltado a tierra por un avión de combate por orden directa del presidente bielorruso, según su servicio de prensa. En tierra, los servicios especiales bielorrusos no han encontrado explosivos en el aparato. Ryanair ha confirmado en un comunicado que recibió la notificación de una “potencial amenaza de seguridad” a bordo de las autoridades bielorrusas.
La líder opositora Svetlana Tijanóvskaya ha denunciado el “secuestro” del periodista y de la aeronave, en el que volaban 170 pasajeros de 12 países, que ahora aguardan en Minsk, según han explicado las autoridades lituanas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha definido como “inaceptable” lo sucedido y ha exigido que el avión sea dirigido inmediatamente a Vilnius. El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, ha calificado lo ocurrido como “abominable” y “sin precedentes” y ha ha pedido a la OTAN y a la Unión Europea que reaccionen ante la amenaza que representa los sucedido para la aviación civil. El mandatario cree que la amenaza de bomba era una treta para obligar a aterrizar el avión y detener al informador, y ha exigido su inmediata liberación.
Protasevich, de 26 años, fue director y uno de los fundadores de Nexta y Nexta Live, dos conocidos e influyentes canales de Telegram con base en Polonia muy seguido por la oposición durante las protestas por la democracia y contra Lukashenko del pasado verano en Bielorrusia y que ha sido etiquetado como “extremista”. El periodista, que vivía en el exilio, está acusado de “organización de disturbios y acciones colectivas que vulneren gravemente el orden público” y “cometer acciones deliberadas destinadas a incitar la enemistad social”, y puede enfrentarse hasta a 15 años de prisión. Los servicios secretos bielorrusos (KGB, Bielorrusia es el único país que conserva el antiguo nombre soviético de la agencia) le incluyeron a finales del año pasado en la lista de personas involucradas en actividades terroristas.
El reportero fue arrestado al aterrizar en Minsk, según confirmó el departamento contra el crimen organizado del Ministerio del Interior en su canal oficial de Telegram en un post que borró pocos minutos después. La Asociación de Periodistas Bielorrusos y la organización de derechos humanos local Viasna han confirmado su arresto pero no han podido ponerse en contacto con el informador, según explican en una nota. Protasevich, que estaba en Atenas para seguir la visita a Grecia de Svetlana Tijanóvskaya, había contado a un amigo esta mañana, antes de despegar, que notaba como un hombre que hablaba ruso le seguía por el aeropuerto y que había intentado incluso sacar fotos a sus documentos en la cola para embarcar desde detrás.
Tijanóvskaya ha denunciado lo que considera una operación de los servicios secretos bielorrusos y ha reclamado nuevas medidas contra el presidente bielorruso, que lleva más de 26 años en el poder. “El régimen de Lukashenko puso en peligro la vida de los pasajeros a bordo del avión. A partir de ahora, nadie que vuele sobre Bielorrusia, puede estar seguro. ¡Se necesita una reacción internacional!”, ha escrito en las redes sociales la opositora, que se enfrentó a Lukashenko en las presidenciales el pasado agosto que desataron multitudinarias protestas contra el fraude después de que el líder bielorruso se atribuyera la victoria con el 80% de los votos. Tijanóvskaya tuvo que abandonar Bielorrusia el pasado agosto, poco después de los comicios, tras recibir amenazas sobre su familia y se ha instalado en Vilnius.
La líder opositora ha pedido a la Organización Internacional para la Aviación Civil (ICAO) que investigue el incidente en el vuelo FR4978 de Ryanair. “Desde ahora, cualquier ciudadano de cualquier país que vuele sobre Bielorrusia no tiene garantías básicas de seguridad”, ha dicho desde Vilnius.
Lo oposición alerta sobre lo sucedido con el avión de Ryanair este domingo como una nueva maniobra de Lukashenko y un paso más en su política represiva contra la disidencia. La UE sigue de cerca la evolución de la situación en torno al avión de Ryanair. La presidenta de la Comisión Europea ha exigido seguridad para todos los pasajeros, según un mensaje en las redes sociales. “Cualquier violación del transporte aéreo internacional debería tener consecuencias”, ha insistido. El alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha declarado que lo ocurrido es “inaceptable”: “Colocamos la responsabilidad de la seguridad de todos los pasajeros en el vuelo sobre las autoridades bielorrusas”, ha tuiteado. También Charles Michel el jefe del Consejo Europeo, se ha mostrado muy preocupado por lo sucedido, ha pedido explicaciones a Minsk y ha exigido que permita que “todos” los pasajeros del vuelo desviado continúen su viaje. “La investigación del incidente por parte de la Organización de Aviación Civil Internacional será de primordial importancia”, ha remarcado.
La detención de Protasevich y las circunstancias en las que se ha producido, ha indignado también al primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, que ha pedido al Consejo Europeo que discuta nuevas sanciones contra el círculo de Lukashenko. Alemania ha exigido al Gobierno bielorruso una “explicación inmediata” de lo ocurrido, ha reclamado el secretario de Estado de Exteriores, Miguel Berguer.
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