La Virgen de Guadalupe, emblemática figura de la devoción mexicana, ha regresado a la catedral de Notre Dame de París, cinco años después del devastador incendio que afectó gravemente a este icónico monumento. Sin corona ni bandera, ahora se encuentra en una capilla solitaria, recordando a los visitantes su simbología trascendental.
Desde su llegada a París en 1949, esta imagen, elaborada de mosaico veneciano en los talleres del Vaticano y que pesa 300 kilos, ha sido un símbolo importante. La corona que la adornaba, elaborada en oro de 18 quilates y decorada con esmeraldas, perlas y rubíes, fue considerada una obra maestra de la joyería de la época. Aunque esta pieza quedó resguardada entre los tesoros de la catedral, los visitantes aún podían admirar una copia durante sus visitas.
Tras la restauración de Notre Dame, la Virgen se ha reubicado más adentro del templo, alejándose de la prominencia que tuvo anteriormente en el muro derecho, donde se apreciaba la devoción de los fieles a través de un mar de velas encendidas. En su nuevo hogar, la capilla ha perdido algunos de sus elementos tradicionales: ya no hay altar, bandera mexicana ni imágenes de íconos latinoamericanos como Juan Diego o José Sánchez del Río, lo cual ha alterado el ambiente devocional que caracterizaba el lugar.
Desde su reinauguración, la catedral ha visto un aumento significativo de turistas. Aunque el ingreso es gratuito, el acceso a la capilla de Guadalupe ha sido restringido, y ahora es necesario hacer fila para poder ingresar. Esta nueva experiencia se complementa con una aplicación digital que ofrece información y guías sobre los diversos espacios de la catedral.
El proceso de restauración de Notre Dame, que costó 800 millones de dólares e involucró a más de 2,000 trabajadores, ha devuelto a la catedral su esplendor. Pieza fundamental de esta renovación, la impresionante aguja gótica resurge como símbolo de resiliencia. Sin embargo, se ha decidido dejar algunas partes del exterior semichamuscadas como recordatorio del trágico incendio, mientras las gárgolas y quimeras permanecen vigilantes.
La historia de la Virgen de Guadalupe en París se entrelaza con la narrativa de rebirth y transformación de Notre Dame, una obra de arte que, a su manera, ha sobrevivido a la adversidad. La situación actual, que corresponde a la fecha de publicación original (2025-04-30), refleja un cambio significativo en la relación entre la religión, el arte y la historia, dejando un legado que toca tanto a devotos como a visitantes.
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