Este jueves, el director de la Agencia Nacional de Policía de Japón, Itaru Nakamura, presentó su dimisión a raíz del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe el pasado 8 de julio, cuando realizaba un mitin en la calle.
Itaru Nakamura comunicó su decisión durante la rueda de prensa en la que se presentó el informe sobre la actuación policial durante el acto electoral en el que fue asesinado a disparos Abe.
Nakamura afirmó que su dimisión se debe a los “graves” fallos del dispositivo policial que llevaron a “un grave resultado”, y señaló que las autoridades deberán “revisar la forma en la que se protege la seguridad” y que se debería “empezar de cero”.
El informe policial reveló que hubo espacios sin protección policial, lo que permitió al presunto atacante disparar a Shinzo Abe por la espalda.
El presunto autor de los disparos, Tetsuya Yamagami, fue detenido en el lugar de los hechos y actualmente se encuentra bajo evaluación mental hasta finales de noviembre. Yamagami dijo a la Policía que su objetivo era Abe por la vinculación del exlíder con la Iglesia de la Unificación, a la que odiaba.
El exmandatario fue despedido a mediados de julio por su familia en un funeral privado que congregó a miles de personas en las cercanías del lugar, el templo budista Zojoji de Tokio.
El gobierno se encuentra preparando un funeral de Estado previsto para el próximo 27 de septiembre que ha generado polémica por la cobertura de los gastos con fondos públicos, ya que fuentes gubernamentales han filtrado que el coste del funeral oficial ascenderá al menos a 250 millones de yenes (unos 1.8 millones de dólares), con la previsión de que acudan unos seis mil 400 asistentes.
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