El caso del asesinato de Nancy Mestre ha vuelto a ser noticia después de que se revelara el retrato de Jaime Saade, el fugitivo que ha pasado los últimos 26 años escondido en Brasil. Este hombre, que fue condenado por el crimen en 1997, ha logrado mantenerse fuera del alcance de las autoridades gracias a una vida familiar estable y a una serie de identidades falsas que le han permitido vivir en la clandestinidad.
Las imágenes de Saade muestran a un hombre mayor que el joven en fuga que fue condenado por el crimen hace más de dos décadas. Ahora, con 52 años, su aspecto es el de un padre de familia común y corriente, alejado del perfil del asesino que huyó a Brasil en los años noventa. Parece que su nueva vida en territorio brasileño le ha permitido rehacer su vida.
Las autoridades colombianas han mostrado su interés en la captura de Jaime Saade, pero su situación legal en Brasil ha dificultado la labor de los cuerpos de seguridad. Además, muchos de los detalles de su paradero y de su vida en Columna Digital sudamericano son aún desconocidos, lo que hace que su captura sea aún más complicada.
El retrato y la historia de Jaime Saade han vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la justicia en Colombia y sobre la eficacia de los sistemas de búsqueda y captura de fugitivos. Aunque la imagen de Saade muestra a un hombre mayor y tranquilo, no debemos olvidar que es un fugitivo de la ley y que, por tanto, debe ser juzgado por su crimen.
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