El primer milmillonario nacionalizado británico surgido de una start-up tecnológica no nació en Londres, sino en los alrededores de Moscú. Nik Storonsky, director ejecutivo y cofundador de la fintech Revolut, lleva 14 años en el Reino Unido pero aún conserva un marcado acento ruso. A sus 36 años, lidera una empresa valorada en 5.500 millones de dólares (4.600 millones de euros) que en un lustro le ha granjeado una fortuna equivalente a 1.000 millones de euros, según la revista Forbes. Casado y con dos hijos, se confiesa admirador de Elon Musk, aunque en su caso, prefiere dedicar “menos tiempo a la imagen pública” y más a construir lo que define como una “superapp financiera”.
Aficionado a los números y la ciencia, Storonsky estudió Física en el prestigioso Instituto de Física y Tecnología de Moscú (MIPT por sus siglas en inglés). A los 22 años se fue a Londres como becario de Lehman Brothers, donde le pidieron que se quedara “porque era muy bueno”, afirma. Trabajó como trader durante dos años hasta que el histórico banco de inversión se declaró en quiebra, en 2008. “No me iba a quedar sin empleo porque nuestra división había sido comprada por Nomura e, incluso antes de eso, Credit Suisse me había hecho una oferta”, dice. “No estaba preocupado porque era joven y no perdí mucho dinero. Pero recuerdo a varios directores de área comprando acciones de Lehman porque estaban muy baratas y creían en la empresa… Mala suerte para ellos, perdieron gran parte de sus ahorros y, además, en esa época, nadie necesitaba banqueros tan costosos”.
“En la práctica, significa que te damos en una aplicación todos los servicios que necesitas para tu vida financiera”, explica Storonsky por videoconferencia. Revolut suma 15 millones de usuarios en 37 países que incluyen los del Espacio Económico Europeo, Reino Unido, Australia, Canadá, Singapur, Suiza, Japón y Estados Unidos. Empezó en 2015 como una combinación de aplicación y tarjeta prepago que los viajeros podían usar para cambiar divisas a precios de mercado, hacer compras y sacar efectivo de un cajero. Pero ahora, dependiendo del país de residencia, se puede usar para ahorrar en diferentes monedas, invertir en Bolsa o materias primas, comprar 21 tipos de criptomonedas, dividir entre amigos la cuenta de la cena, contratar un seguro o, en la versión para negocios, cobrar mediante códigos QR.
El antiguo trader se asoció con un excompañero del banco suizo, Vlad Yatsenko. De la experiencia en inversión de Storonsky y las habilidades de ingeniería de software de Yatsenko, surgió Revolut, considerado hoy uno de los mayores neobancos, entidades 100% digitales, de Europa. Su objetivo: abaratar y facilitar operaciones que involucraran intercambios de divisas, una necesidad que él como ruso y Yatsenko como ucranio sentían en carne propia.
De semblante serio, el único momento de la entrevista en que sonríe llega con la pregunta de qué aprendió de lo ocurrido con Lehman Brothers. “Métodos de gestión de riesgo”, responde. “Me volví muy cauto y reacio al riesgo, particularmente en los mercados financieros”. Pero cinco años después, tomaría una decisión osada: “Siempre quise empezar algo por mi cuenta, así que el mismo día que recibí mi pasaporte británico, renuncié a Credit Suisse y comencé mi propio negocio”.